Como ya dije el mundo es como un pañuelo, en realidad se repite muy a menudo esta frase.
Hace rato que espero a que entre. Imagino que vendrá con esa chupa tan bonita que suele llevar Y también con un oloroso perfume, que por lo menos a mí me huele a cielo, a mar, y a no sé qué más.
Llevo dos copas y me estoy pensando en pedir otra.
¿Con aceitunas?, dijo Rizo.
Si, claro, con aceitunas. De esas que tienes aliñadas.
Pero traeme otra copa por favor.
Creo que me he olvidado de las bragas, y el caso es que no sé porqué. En fin no pasa nada ¿Qué podría pasar?.
Como estoy cerca del muelle puedo escuchar alguna gaviota despistada. Creo que se ha entretenido demasiado. Ahora es oscuro. Sé que volverá a su casa, como yo.
De modo que, Rizo complació mi deseo: unas aceitunas, y otra copa, pero él no llegaba.
Pero allí me quedé, en realidad es como mi segundo hogar.
Halloween. Si, es la noche. ¿Ese flequillo es tuyo?, dijo uno de los clientes.
No, le contesté. Tengo peluca. ¿No se nota?
Se fue y se lo agradecí. Un tanto pesado. Pero es lo que hay.
¿Ha venido?, me preguntó una amiga.
No, ni creo.
.........
"Hace tiempo que no escucho
el palpitar de las ramas...
de los olivos."
Halloween me devolvió el retrato que andaba buscando, dijo.
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