Siempre eran las mismas horas en que el día tomaba un color ocre, pero el cielo seguía estando tan limpio y azul. El olor del día se hacía intenso y entraba el aroma por la nariz de todos los que por allí transitaban , que no eran demasiados; olía a vainilla a bizcocho recién horneado; a fresas y nata; olía a tarde de vida. Georgiana vestía siempre con esos colores amarillos y marrones y el rodete de su pelo siempre impecable; una vez por semana la mujer y una niña, ambas cogidas de la mano, atravesaban aquel huerto separado por una tajea ancha Por aquellos tiempos la más insignificante vereda se convertía en un bello camino plagado de verde; de trigo espigado; de mariposas. Las horas no se detienen nunca, los días se suceden y esas veredas de ahora les falta todo el sabor de otras estaciones.La mujer sonríe porque todos esos pasajes se quedaron igual que se queda la mermelada, o la mantequilla en una tostada...
Dan ganas de ponerse a comerse un bizcocho . La descripción es casi realidad pura. Me encantó. Saludos.
ResponderEliminarMe alegra que te haya gustado, Teresa...
EliminarSaludos.
Dan ganas de ponerse a comer un bizcocho . La descripción es casi realidad pura. Me encantó. Saludos.
ResponderEliminar"Olía a tarde de vida" Me quedo con esta frase que acompañada de un buen trozo de bizcocho y fresas con nata , no puede ser más placentera.
ResponderEliminarSaludos cordiales.
Seguro que si, Armando...
EliminarSaludos cordiales.
¡Qué escrito más aromático! Tus descripciones suelen ser evocadoras de tiempos pasados, como una foto en sepia que se hubiese coloreado.
ResponderEliminar¡Qué aromático escrito!.Tus descripciones me parecen escenas del pasado con esos personajes entrañables y escenarios bucólicos; son como una foto en sepia que se hubiese coloreado y por eso me resultan nostálgicos y dulces.
Un abrazo.
Gracias Fanny qué lindo cometario...
EliminarUn abrazo.
creo que percibo esos aromas y sabores acompañados de múltiples colores!
ResponderEliminarMe alegro mucho,Lao...
EliminarHermoso el paisaje que describes en tus letras.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, Rafael.
EliminarUn abrazo.
La naturaleza es inmune al paso del tiempo.
ResponderEliminarBesos.
Cierto , Toro...
EliminarBesos.
A veces eres espectacular,bueno a veces no,SIEMPRE
ResponderEliminarme estoy acostumbrando a esos viajes al pasado,a bordo del tren de tus letras
abrazos.
Qué lindo tu comentario, Ramón...
EliminarMuchas gracias y abrazos .
“Veredas y caminos plagado de verde, de trigo espigado...” de antaño...
ResponderEliminarNo son sólo las palabras que compartes, sino esa esencia que encierran, tan tuya, viva... dejan huella María. Leerte es como vivir lo leído, volver a vivirlo.
Un abrazo amiga.
Muchas gracias por tus bellas palabras , Ernesto...
EliminarOtro abrazo de vuelta para ti también amigo.
Me gusta mucho esa sonrisa, Un abrazo.
ResponderEliminarFeliz semana.
Gracias Amapola Azzul..
EliminarOtro abrazo,
Un paisaje de tostada con mantequilla... Eso es la asociación más original que he leído nunca. tenía que ser tuya.
ResponderEliminarUn saludo
JM
Gracias Juan...
EliminarUn abrazo.
Me abierto el apetito, lo más que me gusta en ti la calidad de tus frases elaboras con una maestría y delicadeza sublimes y lo menos que no me dejes disfrutar un relato larga, que no tengo la más mínima duda de que puedes acerlo muy bien. Un abrazo, Sotirios.
ResponderEliminarGracias Sotirios , me alegra que te haya gustado, la próxima vez publicaré ese relato largo para ti.
EliminarUn abrazo.
ResponderEliminarMe has trasladado a mi pasado; esa vereda de trigo;mariposas, estanque....Gracias.
Gracias a tí por tus visitas anónimas a mi blog. Me alegra que te haya gustado.
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