Debió ser por noviembre o, quizás, octubre, cuando la fuerte nevada anegó plazas y cubrió árboles y dejó las estatuas abrigadas de un frío hielo, los pájaros se fueron en bandadas antes de que ellos fueran asidos por la mano blanca que cubría todo. Me hallaba enfrente de ella, sentada en un butacón tapizado; por entonces contaba yo con veintiséis años y la quería tanto, igual que ahora la quiero. En las vidrieras de las puertas se reflejaba la luz tenue de las lamparillas azules de las mesillas, yo no apartaba la vista de ella, ella, dormía y era un ángel con sus manos olivas, con su pelo negro, con sus ojos cerrados , serenos. La recuerdo ahora con su rodete negro, con sus ropas siempre marrón, siempre amarillo: Ella viene por la vereda estrecha entre miles de hortalizas y yo veo su figura desde la balaustrada, y sonrío, y mi sonrisa abarca todo el terrazo del patio. Seguramente fue noviembre cuando aquella nevada dejó el frío rocío de sus dedos muertos; pero sin embargo, ella, y yo, permanecemos juntas, abrazadas en un cálido tiempo, en ese tiempo, que hoy, se ha detenido por unos momentos.
Como un ópalo;con muchos colores; me siento recordando esos seres tan queridos
ResponderEliminarGracias , Anónimo...
EliminarQué lírica nostalgia, saudade para recordar lo bello de un ser entrañable, que un día deja de ser y estar. Atrás de esa memoria que congela el tiempo, la figura de una mujer, hermana o hija, y sus andares por ese lugares donde anduvieron sus pasos. Qué bien nostalgias des la prosa poética. UN beso. carlos
ResponderEliminarGracias Carlos por tu bello comentario...
EliminarUn beso.
Bello texto María,"la tenue luz de las lamparillas azules", me encantan tus descripciones. Un beso
ResponderEliminarMe alegra mucho que te haya gustado, Capitán.
EliminarUn beso.
Que triste Maria...pero eternizaste esos dulces recuerdos en tu memoria.Un beso y abrazo amiga.
ResponderEliminarGracias Idolidia, qué bien tenerte aqui.
EliminarUn beso y otro abrazo.
Bonitos recuerdos que llegan ahora, en este momento de la vida y del tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Rafael. eres muy amable.
EliminarUn abrazo.
Hermoso recuerdo, eres especialmente sensible al narrar tan bello recuerdo. gracias por compartir. Un beso
ResponderEliminarMuchas gracias Ramón, y tú un poeta especial.
EliminarUn beso
Ahí estáis.
ResponderEliminarEn ese recuerdo...
Besos.
Así es , Toro.. a veces nada es tiempo y tiempo es nada.
EliminarBesos.
"Las estatuas abrigadas de un frío hielo". Tienes una forma de describir tan poética que fascina. Precioso recuerdo
ResponderEliminarMe alegra mucho que te guste, Marcos.
EliminarSaludos cordiales.
Hacía tanto tanto tiempo que no "escuchaba" esta bonita palabra: ...'ópalo'.
ResponderEliminarGracias bixen...
EliminarSaludos cordiales.
Sabes convertir en poesía los recuerdos y describirlos con amor.Pones calor en el paisaje nevado que describes.
ResponderEliminarMuy bella prosa.
Un abrazo.
Muchas gracias, Fanny, me alegra que te haya gustado.
EliminarUn abrazo.
Un micro muy tierno de amor y como la vida es dura e implacable para algunas personas le toco a tu protagonista. Las descripciones son sublimes, María, me gustó muchísimo. Un abrazo, Sotirios.
ResponderEliminarRealmente me siento halagada con tus palabras, Sotirios. Muchas gracias y me alegro que te haya gustado.
EliminarAbrazos.
La tristeza del relato queda suavizada por tu prosa poética llena de sensibildad y encanto. Magnífica y hermosa forma de escribir, María.
ResponderEliminarUn abrazo
Qué bellas palabras, María José.
EliminarMuchísimas gracias,
Un abrazo.
Vengo leyendote, sabes que?, escribes como imaginaba.
ResponderEliminarSiempre contigo estará,
Besos grandes ♥♥
Gracias amigo, qué lindas palabras.
EliminarBesos grandes.