Aplausos


Nada más alentador que un aplauso. Pero cuando se repiten por compromiso la vanidad de aquell@s que los reciben se convierte en un monstruo devastador.


María Gladys Estévez.

miércoles, 21 de mayo de 2014

En Navidad




¿Porqué habría de esconder el regalo delante de las demás? Caminaría sigilosa, con media sonrisa, asintiendo con la cabeza, escondiendo, escondiendo..., ¿Era acaso predilección por alguna en particular?
Entonces  había  secretos, preferencias, siempre, siempre...,
¿Era devolver un favor? Era simplemente eso, predilección. Pareciese caminar de lado, ocultando. Enjuta, demasiado corta de piernas, con rodete de trenza en su cabeza cana. Se perdía en la calle hasta llegar a la puerta de la casa, siempre ocultando, oteando. Se abre la puerta, ella entra.  Por fin había podido sortear las vicisitudes; era glorioso para ella poder alcanzar el objetivo; sin embargo, !Cuánta vanidad!.




8 comentarios:

Ballade pour Sophie

Ballade pour Sophie

Se habían despedido el mismo día en que se encontraron, solo que, ninguno de ellos lo sabría hasta pasado unos años, en que, l...