domingo, 18 de mayo de 2014

Fragmento



"La bocinas de los coches; las callejuelas repletas de pasos; las cafeterías con multitudes de voces; las plazas repletas de abanicos, de soda fresca en las mesitas. Las señoras parloteando; los señores asintiendo debajo de la sombra del toldo. Los buques atracando y resonando...Sin embargo, en ese preciso momento uno puede perder el oído y sobrecogerse, uno puede fenecer debajo de todo ello...,"

Día de Sábado de 1845.

16 comentarios:

  1. Bonito fragmento, aunque me gustaría leer la totalidad en alguna ocasión...
    Un abrazo en la noche.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Fui caprichosa y quise viajar y he querido plasmar un pensamiento...lo que realmente pude ver.

      Abrazos en el día , Rafael

      Eliminar
  2. Me sentí en el año 1900 en mi ciudad, en la plaza del centro de la ciudad. Sonidos. Gente pasando. Pude percibir cada uno de las imágenes.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegro mucho que te haya producido esa sensación, Ricardo...

      Abrazos...

      Eliminar
  3. Porque en realidad todo eso es temporal, un teatro de horas y lugares que el tiempo devorará.

    Besos.

    ResponderEliminar
  4. Rosalía de Castro... ¿tampoco?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me sentí feliz escribiéndolo. En realidad es un pensamiento, algo que pudo haber sucedido...

      Besos, Bixen.

      Eliminar
  5. Otra opción es, perder el oido, y aislarte mentalmente a otro plano que te acomode, la opción es tuya.

    ResponderEliminar
  6. Pudo haber sucedido y, en algún lugar, se producen escenas similares en verano.
    Estas letras tiene tu sello inconfundible, descripciones hechas sentada en un banco desde donde contemplas lo cotidiano o mirando por la ventana abierta de tu alma. ¡Siempre hay belleza en la simplicidad!

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  7. Fuera tan solo hay un teatro
    con sordos aplausos,
    un decorado de lágrimas amargas,
    donde reina lo falso.
    Ya la vida se mece en una mueca,
    dejadme entrar, dejadme,
    a este laberinto de mis venas
    que no lleva a ninguna parte,
    si consigo llegar
    prometo no quedarme.

    Como siempre tus letras arrancan sentimientos y mas letras,uno puede estar en medio de todo y de repente sentirse nada,
    un abrazo enorme María.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Ramón, el poema es precioso...

      Siempre tan amable.. Otro abrazo enorme para ti.

      Eliminar
  8. Debajo de tanta muerte, solo se puede estar vivo.
    Abrazos, siempre

    ResponderEliminar

Ballade pour Sophie

Ballade pour Sophie

Se habían despedido el mismo día en que se encontraron, solo que, ninguno de ellos lo sabría hasta pasado unos años, en que, l...