Cada hoja de aquel árbol cae y llora, cae y llora... tristes horas, tristes. Hojarasca que alfombra un suelo y lo besa con tristes besos.¿ Cómo puede el fresno no dejar de llorar? Yo me suicido entre su mortecinas y secas hojarascas... me suicido una y mil veces. Yo soy ese fresno que grita en silencio, yo. Cae y llora, cae y llora...cada hoja. Me eximo de cualquier mole gris; de todo aquel camino cargado en mis hombros; me eximo entonces de toda culpa; de grotescas carcajadas; de no llegar a un templo, y pedir, pedir... ¿acaso es así como se exime de los clavos que duelen en nuestro cuerpo? ¿del camino totalmente hedonista de mi humana persona?... Cada hoja de aquel árbol, de ese fresno, que soy yo...
Quizás todos somos una de esas hojas muertas que el otoño va devolviendo a la tierra para que sea su alfombra dorada.
ResponderEliminarUn abrazo en la noche.
Gracias siempre Rafael...
EliminarAbrazos en día.
Es triste , pero resucitarás, lo sé.
ResponderEliminarUn beso.
Lindas letras, bellas , llenas de luz. Una brazo.
Un encanto eres Amapola Azzul
EliminarUn beso
Todos somos todo.
ResponderEliminarEl universo entero.
Besos.
Podría ser, Toro, si quizás..
EliminarBesos y gracias...