Aplausos


Nada más alentador que un aplauso. Pero cuando se repiten por compromiso la vanidad de aquell@s que los reciben se convierte en un monstruo devastador.


María Gladys Estévez.

sábado, 24 de mayo de 2014

En alguna de esas tardes




Tal vez si cada oído de cada lugar se pegara a los árboles, o a la tierra labrada, o escuchara aquella caracola llena de voces de mar; tal vez, al fin, se descubriría que la vida no es sólo tener un buen fondo de armario y, que competir contra corriente es una lucha perdida...



María Estévez.

12 comentarios:

  1. Yo cada vez escucho mas a los arboles al borde del sendero y compito menos.
    Precioso

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  2. Sí, María hay que poner el oído en los árboles y abrazarlo; escuchar la voz del mar en la caracola y llenar el alma con sus mensajes.

    ¡Preciosos sentimientos! Siembras esperanza con tus letras.

    Un abrazo.

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  3. Sí, lo es. Pero dile eso a nuestros representantes bélicos y a ver si no se hacen de oídos sordos.

    Un beso.

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  4. Tal vez, si eso sucediera, la vida fuera mucho mejor y más bonita.
    Un abrazo.

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