Aplausos


Nada más alentador que un aplauso. Pero cuando se repiten por compromiso la vanidad de aquell@s que los reciben se convierte en un monstruo devastador.


María Gladys Estévez.

jueves, 8 de mayo de 2014

De regresar




Realmente no era tan penoso verla ahí; elevando su pecho y exhalando. No. Ora una pequeña angustia; ora un remanso de un tranquilo y acogedor lago. Ya no habría dolor: inhalar, exhalar...
No habrían lágrimas ni siquiera un compungido suspiro; no. Los pequeños rayos del sol se colaron con sus largos dedos; los pájaros seguirían anidando en el sauce; los bueyes en la huerta horadando la tierra, vertiendo semillas; la azules nubes; el caprichoso  arco iris; las largas horas de desvelo; ramos y ramos de jazmines; violetas; el tiovivo en el centro de un patio de loza; manojitos de cilantro para el guiso. Tal cual a sus quehaceres; tan cual en su debido andar...

12 comentarios:

  1. Y mientras eso pensaba, mascaba una hebra de plata, un pequeño bombón con sabor agridulce y un suspiros se escapaba de su alma.
    Un abrazo en la noche.

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  2. Pasión, deseo y melancolía, se puede ver en este escrito. Me gustó mucho.

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    1. Gracias por tu visita y por tu comentario, Ricardo...

      Saludos cordiales.

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  3. Todo seguirá igual cuando ya no estemos.

    Besos.

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  4. Ternura siempre en tus letras, un beso, me gustó entrar otra vez aqui, gracias por compartir. Abrazo.

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  5. Percibo nostálgica ternura de la vida sencilla que, en otros tiempos fuimos capaces de vivir sin suspiros amargos.

    Sensible, como es propio en ti.

    Un abrazo.

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  6. Me quedo con tus letras ,para estos días difíciles,con tu nostalgia,con tu ternura.
    Un abrazo cálido,María

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