Aplausos


Nada más alentador que un aplauso. Pero cuando se repiten por compromiso la vanidad de aquell@s que los reciben se convierte en un monstruo devastador.


María Gladys Estévez.

lunes, 6 de mayo de 2013

Café Arábigo



 Las  gotas viscosas resbalan serpenteando el camino. Atraviesan la hondanada desde el ombligo, hasta los pechos acariciando los pezones para caer en  un mimoso desliz en el pozo de sus labios….

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Se habían despedido el mismo día en que se encontraron, solo que, ninguno de ellos lo sabría hasta pasado unos años, en que, l...