Cada vez me resistía más en desaparecer. No era difícil quedarse largo rato escuchando su melodiosa voz. Me gustaba su nuez. Se movía pendiendo dentro de la piel del cuello según las vibraciones aquel bocado de Adán. Una vez me colé por su cintura, debajo de aquella camisa blanca abotonada al cuello rodeado por una corbata estrecha, que terminaba justo donde mis dedos. Su corazón latía acompasado, siguiendo el ritmo. Y yo pegada a su pecho escuchaba; recorría su espalda dejando un camino de besos galopando libres por la ancha vereda. Una Bossa nova hacía que me convirtiera en su envoltura, dejando dentro el eco de su dulce voz, las gotas de rocío que caían incesantes desde sus sienes, hasta sus labios, donde beberían los míos.
Parece que fueron buenos tiempos...
ResponderEliminarBesos.
Creo que si...
EliminarBesos.
No es mala imagen para algo deseado, convertirse en su envoltura. Lo malo es si luego se nos olvida en un bolsillo. Un abrazo.
ResponderEliminarah no lo habia pensado...
EliminarAbrazos,
Me gusta la bossa nova... es sensual, como tu relato :)
ResponderEliminarabrazos desde el Mediterráneo
pd. hice algunos ajustes en el blog, ¿me avisarás si puedes entrar o te sigue dando problemas? gracias, guapa isleña
Allá que voy a comprobar
EliminarBesos enormes malagueña salerosa!!
Lindos recuerdos nos traes, ellos suelen quedarse anclados en la memoria cuando nos han dejado huellas.
ResponderEliminarBesitos
Besitos de vuelta , amiga
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