Aplausos


Nada más alentador que un aplauso. Pero cuando se repiten por compromiso la vanidad de aquell@s que los reciben se convierte en un monstruo devastador.


María Gladys Estévez.

jueves, 15 de enero de 2015


Durante mucho tiempo habría mirado a través del postigo y todas las veces hubiere dado alguna escusa. Aquel día en que dijo que no, cuando le ofrecieron una cesta de frutas; en otra ocasión volvió a negar con la cabeza mientras miraba por entre el postigo, nada hizo entonces que cediera, cuando unas manos se acercaron para darle un cercado repleto de hortalizas; quizás hubiere asentido con la cabeza una de las veces en que, aquellas manos se volvieron a acercar para darle en esta ocasión un billete en tren alrededor del mundo, pero tuvo miedo, por lo tanto se habría escudado igual que un animalillo del bosque detrás del postigo rehuyendo la oportunidad de extender las alas y sentir en sus mejillas la vida. No fue pues desprecio, no fue  rechazo hacia aquel visitante desconocido; debió ser ignorancia, desconocimiento, todo ello hizo que enmudeciera, todo ello hizo que quedara detrás de los cristales en una gran cárcel...,

10 comentarios:

  1. No puedo haber leido este texto en un momento más justo que éste.
    Me sentí absolutamente identificado con la situacion final. Yo ofrecí un mundo y tuvieron miedo, asi de simple.
    Me ha resultado maravilloso pasar por aquí, otra coincidencia milagrosa de la vida.
    Me voy siguiéndote, un beso.

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    1. Me alegro que tu visita a mi rincón haya sido tan grata. Gracias por seguirme y quedarte.

      Un beso.

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  2. Tantas cárceles cotidianas... en cualquier vivienda.

    Besos.

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  3. Te voy a dar mi opinión y espero que no te moleste.
    Con todo el cariño del mundo te comento que la primera frase mejoraría enormemente si en vez del condicional "habría mirado" usaras "miró" o "había mirado". Y luego "hubiere dado" por "dio".
    Buen fin de semana.

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  4. Al contrario no me molesta en absoluto. Cierto es que, como dices tu, las frases mejorarían en ese aspecto, pero yo he querido condicionar casi toda la reflexión, de modo que ese pensamiento o monólogo interior quedara ahí en el tiempo, quizás siquiera una mujer o un hombre estuvieron detrás de ese postigo. Gracias de nuevo por tu crítica te lo agradezco muchísimo.

    Un fuerte abrazo.

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    1. Mantenella y no enmendalla.
      Otros te dirán que fabuloso y magníficamente escrito y no te ayudarán a crecer.
      Tu respuesta no la considero a la altura de Ms. Wolf.

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  5. En ningún momento he querido estar a la altura de Virginia Woolf y reconozco que la adoro, pero no soy pretenciosa en ese aspecto, ni tengo necesidad alguna de ello. Se cual es mi medida, y cual es mi propia altura.

    Saludos cordiales.

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  6. El miedo nos cierra todas las puertas María.
    Saludos.

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