Aplausos


Nada más alentador que un aplauso. Pero cuando se repiten por compromiso la vanidad de aquell@s que los reciben se convierte en un monstruo devastador.


María Gladys Estévez.

viernes, 9 de enero de 2015


Tuvo que morderse los labios por no gritar alto la injusta ley que algunos hombres habían dejado en cada esquina de cada calle; en esos momentos se habría arrepentido mil veces por ello, pero, el esnobismo y la consciencia de clase pesaba sobre los hombros de tal modo, que la cobardía escudriñó todo lo que le podía haber quedado de dignidad…,

6 comentarios:

  1. Tanta cobardía por todas partes...

    Besos.

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  2. El hombre nace para ser cobarde, no hay con qué evitarlo. Por algo se inventó la guerra, para que otros hombres luchen por los ideales de otros que no están nunca en el campo de batalla.

    Saludos.

    J.

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  3. Gracias por pasar y comentar José.

    Saludos

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