Tuvo que morderse los labios por no gritar alto la injusta ley que algunos hombres habían dejado en cada esquina de cada calle; en esos momentos se habría arrepentido mil veces por ello, pero, el esnobismo y la consciencia de clase pesaba sobre los hombros de tal modo, que la cobardía escudriñó todo lo que le podía haber quedado de dignidad…,
Sucede a menudo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un abrazo fuerte para ti Rafael.
EliminarTanta cobardía por todas partes...
ResponderEliminarBesos.
Besos de vuelta para ti.
EliminarEl hombre nace para ser cobarde, no hay con qué evitarlo. Por algo se inventó la guerra, para que otros hombres luchen por los ideales de otros que no están nunca en el campo de batalla.
ResponderEliminarSaludos.
J.
Gracias por pasar y comentar José.
ResponderEliminarSaludos