Allí estabas, tu pelo, tus ojos... exactamente igual que yo, y si yo hacía algún gesto por muy pequeño que fuese, tú también. Cuando creí que todo iba bien, que sólo era mi imagen ante el espejo sobrevino el terror, y la sangre comenzó a brotar de mi pecho.
Antes de desplomarme pude ver cómo sonreías, cómo te alimentabas de mi corazón...,
Bonito reflejo el que nos dejas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Rafael.
EliminarUn fuerte abrazo.
Uf... Me dejaste helada, bueno, algo ya estoy por el frío, pero ese final...
ResponderEliminarMuy bueno María.
Un abrazo.
Me alegro que te haya gustado, Yashira.
EliminarUn abrazo y un beso para ti.
¡Magnífico! Me encantó.
ResponderEliminarQué bien que te haya gustado, Ricardo...
EliminarEspero que luego despertaras...
ResponderEliminarBesos.
Nunca se sabe, Toro.
EliminarBesos y besos.
Muy bueno!!! Un beso
ResponderEliminarGracias, Eva
EliminarUn beso.
Los amantes son dos personas con un corazón en medio
EliminarEsto me sugiere tu reflexion
Gracias por la visita y por comentar.
ResponderEliminarSaludos.