Una niña vivía atrapada en los sueños de las personas. Cada noche vivía un sueño diferente al del día anterior; por lo tanto cada sueño era todo un mundo por descubrir. De modo que, a veces, tenía que decidir en el sueño en que viviría esa noche. Los sueños de Rita, la señora de la pescadería, eran sueños de color verde mar y eran sueños con algas, que a veces se enmarañaban en el interior de su cabeza y eso le producía algún dolor. Los sueños del niño de los señores del tercero derecha eran los que más le gustaban a la niña, porque siempre, siempre, terminaban los dos riendo y jugando en el prado lleno de margaritas y ciervos, y eran de color azul intenso, !que maravilla!. Los sueños de aquel señor con bigote y barba que casi todos los días intentaba salir a la calle para gritar alto que estaba harto de muchas cosas, y que algunos de esos días preferiría que se lo tragara la tierra, esos sueños no eran sueños, eran pesadillas. Pero el señor, a escondidas de los vecinos, y a escondidas de algunos de sus conocidos, rociaba la calle con la mejor de sus sonrisas y a menudo, reía a carcajadas, muy fuerte, para que lo oyeran hasta los dioses del Olimpo. Entonces esa noche las pesadillas desaparecían y jugaba a ser niño otra vez...,
Qué bonito Aniagua! Yo tengo la suerte de tener bueños sueños pero muy movidos. Mi cabeza no para ni durmiendo ;)
ResponderEliminarBesitossss
Seguro que es verdad...
EliminarBesitos para ti también.
Bonitos sueños, sin duda.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Rafael.
EliminarMuchos besos para ti.
Que no venga a mis sueños.
ResponderEliminarSon terroríficos.
Besos.
Y sin embargo, no creo que todos sean terroríficos.
EliminarBesos.
Siempre se tenía que soñar bonito. Preciosa entrada. Un beso
ResponderEliminarGracias Eva.
EliminarBesos.
Está bien que desaparezcan las pesadillas alguna vez, es un sueño muy bonito.
ResponderEliminarBesos.
Gracias Azzul
EliminarBesos.
¿sabes? yo siempre he pensado que soñar es vivir,tomamos la noche y los sueños como tiempo perdido,pero a veces nos despertamos ,sin saber porqué, con una sonrisa,seguro que es debida a algún sueño agradable.
ResponderEliminarun abracito María,que últimamente te tengo muy abandonada.
Mi querido amigo:
ResponderEliminarNo digas eso, yo, siempre estaré muy agradecida de conocerte y de lo que tú me has ofrecido.
Un fuerte beso, Ramón