Aplausos


Nada más alentador que un aplauso. Pero cuando se repiten por compromiso la vanidad de aquell@s que los reciben se convierte en un monstruo devastador.


María Gladys Estévez.

lunes, 15 de noviembre de 2021

Lejanía.


Más, no es desdicha, es mi alma que no duerme. Y es que duele, duele no poder volar a vos 


Ojalá de verdad a mí volviese y así de nuevo el alma mía levantar pudiera.

Qué decir si vuestro corazón lejos está mi señor.


Acaso señora mía no oyes el palpitar de mi loco corazón?.


Sí, escuchar lo escucho, más mi señor siquiera una brizna de vuestro corazón llega.


Os envío besos de alma que el viento lleva en sus alas.


!Oh, cómo no desear vuestros brazos, besos.

Venid pues mi señor esperando estoy a vuestros brazos sin dudarlo.


Quisiera poder volar , cruzar este ancho mar ser pinzón azul y en tu balcón cantar.


Pero qué habláis mi señor si os busco detrás de aquellas montañas.

Sois el almendro en flor, el racimo de uvas que en mis labios han de endulzar.


Seré zumo en vuestros labios, alivio en vuestras amarguras. Caricia a vuestro cuerpo en vuestra piel de seda, porque sólo eso quiero ser.


Más, las gracias os doy sois caballero de honor.

Quedaré pues a la espera como agua para lluvia, Mesalina que se entrega, os dejo mi señor dispuesta estoy a vuestros brazos en vuestro pecho dormir, antes ha de ser piel con piel, beso a beso

Aquí en la alfombra: sin recato el amor hemos de hacer.


Así ha de ser bella dama que alimentàis el alma mía y el amor hacéis crecer.


Mi señora así como si llegar a viejo no pueda ser, aquí entonces dormida en mi pecho os quiero tener sin envejecer y así debe ser morir pues los dos 


Poema entre dos: Carmelo Martell. Estèvez Gladys.

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