Aplausos


Nada más alentador que un aplauso. Pero cuando se repiten por compromiso la vanidad de aquell@s que los reciben se convierte en un monstruo devastador.


María Gladys Estévez.

viernes, 13 de febrero de 2015

Se habían desplomado las lámparas del techo y se habían espantado los mirlos del jardín; pero eso no evitó que, a pesar de que su grito provocara todo eso, las cosas siguieran siendo igual, y las ideas las mismas: Entonces sopesó cada acto en el que hubiere sucedido el bramido y fue cuando proclamó abiertamente el día de su suicidio, el día en que decidió mudarse de piel, porque su corazón, siempre  había permanecido fiel…, 

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Ballade pour Sophie

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Se habían despedido el mismo día en que se encontraron, solo que, ninguno de ellos lo sabría hasta pasado unos años, en que, l...