Se habían desplomado las lámparas
del techo y se habían espantado los mirlos del jardín; pero eso no evitó que, a
pesar de que su grito provocara todo eso, las cosas siguieran siendo igual, y
las ideas las mismas: Entonces sopesó cada acto en el que hubiere sucedido el
bramido y fue cuando proclamó abiertamente el día de su suicidio, el día en que
decidió mudarse de piel, porque su corazón, siempre había permanecido fiel…,
Si fue para bien...
ResponderEliminarUn abrazo.
Otro abrazo enorme para ti Rafael..
ResponderEliminarEspero que le fuera mejor en el más allá...
ResponderEliminarMás allá pero aqui.
EliminarUn beso de San Valentín, de parte de él no, de la mía.