Una niña de la guerra vivía en una pequeña casa de tejas y piedras con sus hermanos y con su tía y su tío y su madre. Casi todos los días tenía hambre, aunque su estomago, se ponía contento cuando el gofio venía en una bolsa de papel marrón; olía muy bien, porque además de eso, estaba recién molido...,
La niña jugaba a ratos porque tenía que madrugar mucho para ir a trabajar un poco lejos de la casa. Iba con su madre y su hermano mayor a una granja donde se cultivaban tomates. Ella cuando tenía mucha hambre, y a escondidas del capataz, que vigilaba igual que un aguilucho, para que nadie dejara de trabajar, se llevaba a la boca algún tomate de tantos que desprendía de la mata con sus pequeñas manitas morenas; como tenía un gran sombrero de paja cubriéndole el rostro para que el sol no quemara su piel de niña, agachaba la cabeza y roía igual que los ratones el tomate y aplacaba el hambre que sentía su estómago, porque las tripas sonaban muchas veces al día. Luego se hizo mayor y más mayor, y ahora sonríe mucho porque cocina desde hace muchos años todo lo que ella quiere y aromatiza todos los alimentos según las etapas que han transcurrido en su vida. Además está contenta como una niña porque hace dos años la operaron de cataratas y todo le parece bonito. ¿Será porque ve mejor?.
Mi madre contaba sus vivencias de guerra, algunas sobrecogedoras, pero no lo hacía con rencor, Se sentía contenta con poderlo contar, aunque se ponia nerviosa cuando oia una sirena todavía.
ResponderEliminarImagino que si, Marcos..
EliminarCreció y atrás dejó un pasado triste y lleno de nostalgias.
ResponderEliminarUn abrazo.
Seguramente que si...
EliminarAbrazos, Rafael
Posiblemente ve mejor y tengas razón, un beso.
ResponderEliminarMe encantó¡¡¡
:)
Me alegro que te haya gustado ..
EliminarBesos.
¡claro que ve mejor! En tu relato se ve, mejor dicho se siente que has vivido muy intensamente amiga Aniagua. Va mi saludo muy especial y afectuoso!!
ResponderEliminarGracias Lao. (Afortunadamente aún no he vivido la guerra)
EliminarBesos.
Tanta ternura!!!!
ResponderEliminarhay letras que te devuelven un poco de aquel niño que fue
abracitos
Gracias amigo...
EliminarUn abrazo inmenso para ti.
Será por lo que sea pero me alegro por ella.
ResponderEliminarEn verdad si, Toro. (y sigue cocinando con mucha alegría)
EliminarUn beso.
Dicen que hemos de pasar calamidades para apreciar luego las cosas buenas. Me alegro por ella yo también.
ResponderEliminarBesito amiga
Gracias amiga.
EliminarMuchos besos.
Y cada día verá mejor.
ResponderEliminarAbrazos¡
Abrazos de vuelta...
EliminarYa, pero los tomates de ahora no saben como aquellos.
ResponderEliminarAbrazos, siempre
Eso si es verdad, seguro.
EliminarAbrazos, siempre Amando.
Es un triste relato pero lo importante que aún hay una niña que en fondo sonríe.
ResponderEliminarAbrazos muchos, amiga y qu tengas una linda semana.
Gracias Rayén...
EliminarQue tengas tú también una bonita semana y otro abrazo enorme