sábado, 23 de noviembre de 2013

Un día con sabor a pastel de moras

Como quiera que sea hoy no ha sido diferente de los demás días; aunque el rumbo fue otro, otras calles, otras avenidas. Una bella exposición de lienzos al óleo mantuvo inducido mi pensamiento, todos los mares que observé rugían con unas olas salvajes, con un cielo limpio y azul, o con un cielo ocre y un mar gris.
Los pasos crujían en las escaleras del segundo piso hasta casi llenar la sala, todas la miradas se concentraban en diferentes puntos, buscando la profundidad, los colores. Unos guantes blancos se quedaron en la banqueta del centro, la señora se los había quitado  queriendo tocar con la punta de los dedos una ola que se venía a ella; alguien dijo: Imposible. Había un ramillete de lluvia en la plaza y al caer en ella, resultaba igual que un chapoteo de peces.Un mastín paseaba a la mujer y los autos hoy   paseaban, es sábado. El sol nació con luz blanca y por las rendijas de las ramas se filtraba como lanzas brillantes, dejando motitas en el suelo.Los gestos no gruñones, los ojos serenos, la sonrisa no fingida. Pasos, pasos de sábado.

24 comentarios:

  1. Me ha hecho gracia eso de que el mastín paseaba a una mujer.

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  2. Excelente prosa poética.Un sábado cualquiera, una exposición como tantas otras, una señora paseada por su perro, como tantas otras...todo vivido con naturalidad, se convierte en tus letras en un poema que se siente, que se visualiza, que me hace sentir el rugir de las olas y la espuma que se sale del lienzo...
    Enhorabuena.

    Un abrazo.

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  3. Al final eran pasos, "pasos de sábado..."
    Un abrazo.

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  4. lo especial de lo cotidiano..........

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  5. Qué gran detalle aquél de los guantes.


    Un besito.

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  6. No sería la exposición de Sorolla? :)
    Besitos

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    1. Si, amiga fue la exposición de Sorolla, !
      Besitos

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    2. jajajja tu descripción no dejaba dudas. Habrás disfrutado tanto como yo entonces. Genial

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    3. Bastante dirá que mucho, mucho
      Besitos

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  7. Un cuadro espléndido con un maravilloso "ramillete de lluvia en la plaza". Preciosa metáfora.

    Un beso.

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  8. Me fascina tu prosa tan espontanea e intuitiva, que cuesta saborear, pero la impasible Virginia a la derecha, tan blanca, serena y triste, siempre me hace leer con nostalgia.

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    1. Marcos , sucede que, la nostalgia forma parte de mis días...
      Gracias por pasar y comentar tan bello

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