Aplausos


Nada más alentador que un aplauso. Pero cuando se repiten por compromiso la vanidad de aquell@s que los reciben se convierte en un monstruo devastador.


María Gladys Estévez.

viernes, 17 de diciembre de 2021

Estado de inconciencia.


El sopor hizo que entrara en un estado de inconciencia que a su vez se convirtió en un aletargamiento que siguió en un sueño. El sanitario había entrado en la habitación con la bandeja donde se hallaban las medicinas y la jeringa.

Tropezó en el pie de la señora y esto hizo que los utensilios volaran, con tan mala suerte que la jeringa se clavo en uno de los dedos (el dedo gordo).


Esto provocó que quedara totalmente dormida (la morfina tiene eso).

El sueño duró mas de dos horas, porque nadie supo si en verdad dormía naturalmente o era provocado por el pinchazo.

Cuando alguien duerme profundamente a veces sobrevienen los sueños más relevantes de la memoria:


"El bombardeo era cada vez mas fuerte. Pronto las casas serían arrasadas. La comarca había sido tomada.

Cada cual reservó su vida como pudo, algunos corrieron donde la bodega en el sótano. Otros en la iglesia.

Aquellas personas levantaron la alcantarilla y bajaron a las profundidades de esa otra selva oscura.

La niña lloraba incansable. Sus padres habían desaparecido.

El mundo cruel de las guerras se los había arrebatado.

Pasaron unos cuatro días y la bebé sobrevivía comiendo restos que encontraba por entre los muerto, restos de pan, y algo más.

Alguien extendió la mano haciendo un gesto para ayudarla.

Sin dudarlo se pegó a esa persona que la tomó en brazos y la llevó al cuartel militar donde estaban los enemigos.

Era un comandante que no había podido tener descendencia.

De modo que adoptó a la criatura"


En Francia, año 1940.

 

 





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