Los transeúntes se diluyen, algunos, otros son empaticos, y dan la bienvenida a lo oscuro. Un mimetismo glorioso hace que la noche copule con el ruido estridente de los pasos en el famoso puente y en los tugurios. Al fin y al cabo la ceguera es la misma .
Me fascina ese momento en el que no es ni de día ni de noche. Todo tiene una quietud mágica en ese instante.
ResponderEliminarBesos.
Agradecida Belén.
EliminarBesos de vuelta para ti también
Momento indescriptible ese entre el día y la noche, en que algo se apaga y algo renace. Me gusta la forma en que lo describes.
ResponderEliminarSaludos!
Gracias Rosa,
ResponderEliminarAbrazos