Aplausos


Nada más alentador que un aplauso. Pero cuando se repiten por compromiso la vanidad de aquell@s que los reciben se convierte en un monstruo devastador.


María Gladys Estévez.

martes, 25 de agosto de 2015



Pensaban que lo que ella sentía acerca de la vida, concretamente cuando el café se había terminado de servir, y empezaba la reunión, era que un gran cíclope devoraba esto o aquello, pero la incertidumbre que equivocadamente reflejaba su rostro observándolas con poquísima atención , no era cierta, y se dijo: Dejemos pues que averigüen, que escudriñen y aprendan, del mismo modo en que elevan esas pequeñas tacitas a sus labios.   

6 comentarios:

Ballade pour Sophie

Ballade pour Sophie

Se habían despedido el mismo día en que se encontraron, solo que, ninguno de ellos lo sabría hasta pasado unos años, en que, l...