Cortésmente había
posado, no sin su gato, que más que gato parecía una Esfinge. Las patas se
aferraban a la mano de la señora de tal forma, que, ésta, permanecía
inmovilizada hasta que Alterio consintiera. A ambos lados del canal las
casas a esas horas reciben la luz del sol y brillan de tal forma que no sería
difícil quedarse largo rato contemplando las fachadas que parecieran emerger
igual que Isis; la parsimonia de la señora ante el fotógrafo en cierto modo
resultaba agradable a la hora de obtener una buena instantánea, ella ofrecía
todo aquello que hubiese sido necesario para recrear un buen retrato al más
puro estilo clásico. Tenga en cuenta mi nariz, le dijo. Seguramente debió
pensar que unos retoques podrían disimular las facciones muy mucho, ya
que no le agradaba en demasía aquel pico de águila entre sus hermosos ojos
azules…,
Abacanada, presuntuosa
y mal educada la señora
Ariel trataba de abstraerse en cada toma pensando en sus
quehaceres, y en cada una de ellas un gesto diferente, una postura forzada e
irreal, además de tener que soportar las vejaciones de Alterio, sobre todo
cuando el felino se orinaba encima del vestido, o de sus vómitos a lo largo de
la larga trenza en los momentos en que éste regresaba a casa con la panza llena
de ratones, babazorro, le decía con un despectivo movimiento de cabeza al verle
regurgitar y relamer. La
segunda Venecia quizás, farfulló el fotógrafo entre
dientes mientras intentaba mejorar la imagen de la señora Ariel en cada
toma, en cada click, si, realmente es de admirar las casas a un lado y al otro
resistiendo el paso del tiempo y en cada una de ellas los ventanales parecen
proclamas para que éstas sean admiradas por visitantes y convecinos, sabía que
pecaba de ñangotado, pero había que ganarse los cuartos, y ella, la señora Ariel a lo
suyo, con el torso recto, con un ritus extremadamente forzado, de modo que el
jornal ganado y la señora contenta de ser inmortalizada…,
Extrañaba leer tu particular manera de relatar porque tiene sabor a libro con olor a biblioteca ¡saludos Aniagua!
ResponderEliminarMe alegra mucho que te guste Lao. Me gusta esa descripción que haces-
ResponderEliminarUn abrazo!
Dificil trabajo ese. Besos.
ResponderEliminarBesos de vuelta Amapola.
EliminarPlanos de realidad que convergen. Como la vida misma casi en cada momento.
ResponderEliminarSaludos Aniagua
Cierto,..
EliminarSaludos cordiales, jaal
Se extrañaban tus letras.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Rafael
EliminarUn abrazo inmenso,
La señora Ariel es Lopillas?
ResponderEliminarAy la que he hecho...
Besos.
Noo que va ,.Lopillas es una hermosa mujer y no tiene los ojos azules.
EliminarMe gusta tu humor.
Besos.
(jajja Toro yo no tengo gato y además tengo los ojos violetas)
ResponderEliminarLa veo amiga, con tu estupenda descripción. Qué significa abacanada?
Abacanada: Que presume de riqueza.
Eliminarmuaksssssssssssssss
Que bien se siente al adentrarse en tus letras. Besos y un abrazo.
ResponderEliminarMe alegro mucho Eva.
EliminarBesos y abrazos.
La Ariel, señora de otros mundos, alta mala pinta saca, jejeje
ResponderEliminarme encantan tus relatos, Aniagua
besos
Me alegro que te haya gustado, Pilar.
EliminarUn beso enorme para ti.
Como el personaje de Saramago, que odiaba su trabajo pero igualmente lo hacía para continuar "viviendo". En fin, todo sea por el mendrugo de pan en la mesa.
ResponderEliminarSaludos
J.
Gracias José por pasar y comentar.
ResponderEliminarSaludos cordiales.