Esa sonrisa se habría multiplicado esplendorosamente en pocos segundos, porque en el callejón nada habría para provocar tal acontecimiento. Los callejones normalmente son oscuros y en raras ocasiones tienen algún foco de luz en alguna esquina. De modo que seguiría sonriendo mucho mas que cuando hubo empezado a recorrer y contar cada uno de los zócalos, dado que al otro lado de la calle el estruendo era insoportable, pasos intrépidos, bocinas chirriando igual que un puerta vieja y carcomida, y a pesar de todo eso, el sol se había colado por entre los labios y no tendría inconveniente alguno en cruzar la calle ruidosa y además saludar complacida a los que a esas horas la transitaban. Todo se hallaba en su interior: Un parterre de geranios...,
Blog de María Gladys Estévez. Si supiera dónde se encuentra la verdad tendría otro comportamiento. No entiendo este modo de vivir.
Aplausos
Nada más alentador que un aplauso. Pero cuando se repiten por compromiso la vanidad de aquell@s que los reciben se convierte en un monstruo devastador.
María Gladys Estévez.
jueves, 5 de febrero de 2015
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Ballade pour Sophie
Ballade pour Sophie
Se habían despedido el mismo día en que se encontraron, solo que, ninguno de ellos lo sabría hasta pasado unos años, en que, l...
Hermosa sonrisa la que producen esos geranios.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Rafael.
EliminarAbrazos y feliz fin de semana
Que bien debe oler esa mujer...
ResponderEliminarBesos.
Seguramente si, Toro..
EliminarBesos.
Todo está en el interior... Precioso maria, como siempre. Besos
ResponderEliminarGracias a ti Eva por tu bello comentario
EliminarBesos.
Seguro que más de uno le devuelve la sonrisa. Besitos
ResponderEliminarRealmente cierto.
EliminarBesitos para ti también preciosa amiga