Con un paño de fieltro retira los restos de linaza, dos pasos atrás, y observa el lienzo Ahora el magenta reluce igual que una perla irisada. Los ocres van surgiendo igual que dedos de sol, iluminan igual que el oro el cielo. Surge el porche, que embellece el portalón, a un lado y al otro dos sillones emergen con pinceladas sutiles, gotas ambarinas a su alrededor hacen que adquieran la apariencia de dos hermosas vestales. Ahora toma en su mano la brocha mas gruesa, y un arco inmenso se refleja encima del tejado, las estrellas adquieren la viveza de los ojos de los niños, de los mismísimos ángeles, la satisfacción que le produce terminar la obra provoca un inmenso suspiro de alivio, y sonríe. El hostal de carretera había acaparado casi todo el lienzo: más bien un bello parterre de lirios en el Olimpo parecía...
La envidia que me da la gente que sabe pintar, dibujar, esculpir...
ResponderEliminar:) . Besos toro.
EliminarEn tu presente composición literaria, observo como detallas con un pulso fino y exacto, los diestros movimientos y las emociones de aquel artista plástico. Reseñas con elegancia el paso a paso de su obra, describiendo con maestría el uso de los colores, sobresaliendo el detalle de las formas, así como el apreciable uso metafórico del Olimpo en la culminación de su pintura, es en verdad música para el alma.
ResponderEliminarTe felicito autora, tú sí que eres una artista… el brillo de tus letras te delata.
Qué halago por tu parte. Muchas gracias por tus palabras.
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