En alguna de ellas me volví de cera,
chispeaban por entonces unas diminutas gotas de lluvia,
y la cera deseosa derretirse en un tórrido verano.
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Miré mis manos alguna vez y el perfume aún quedaba,
de aquellas otras manos que besaron las mías.
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Yo me colé por un hueco para huir de todo,
aún a sabiendas de que quizás no cupiese.
Es la estrechez que aplasta cada día a cualquiera,
Bonitas estaciones y "sensaciones"...
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Rafael
EliminarAbrazos!
Qué potente el último párrafo amiga
ResponderEliminarBesitossss
Besitos de vuelta amiga!
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