miércoles, 5 de abril de 2017

Momento mágico



Dicen que cada cual ha de descubrir su momento mágico. Dicen, dicen, y dicen bien, porque a mi lo que en realidad me gusta es dejarme ir a cualquier sitio, dejarme caer y romperme los huesos y ser un diamante rojo, o una inmensa mariposa blanca y sonriente y feliz , feliz, del todo...
No me gusta hablar de la magia como el poder de destruir, de avasallar de someter, adoctrinar a un mundo entero. El poder negativo de la magia lo dejamos para otro día. Por cierto acabo de acordarme de Merlín que, según la leyenda, fue engendrado por un demonio y por una monja. ¿Menuda mezcla no? A saber cómo emplearía su magia el hombre, ¿no les parece?

Me gustaría charlar con alguien, por ejemplo, hoy, que es un día propicio para ello, no solo por el buen tiempo:" un sol espléndido que asoma travieso tostando las narices de cada cual". Me gustaría una de esas largas tertulias, de esas que, al fin y al cabo son las que, en mi opinión pueda caber la dichosa magia y es que cuando hablamos de esto o aquello disfrutando de alguna copa, o porqué no, simplemente de un agua como ahora se denomina, un agua con limón. En esos momentos lo que quiero es morirme de risa, yo lo que quiero es llevar una pamela roja y volverme loca por la vida.

Quiero llorar también por la cruel vida, por mis malos momentos, si, si, eso llorar… llorar alto para ser escuchada. Porque eso de llorar en silencio es de cobardes, aunque se empeñen en decir lo contrario: “la valentía de una persona es llorar en silencio, es enjugar las lágrimas, tener una aparente calma ante las adversidades” De eso nada. Yo quiero patalear, quiero estar una semana en la selva y danzar de un lado a otro agarrada a una liana y tener como mejor amigo a un simio… Quiero vagar en un antro rodeada de canallas, sorber el mejor whisky, ese que hace que se ponga roja la garganta, un buen whisky seco, sin más. Que me tengan que echar de allí, aunque se me olviden los tacones, aunque las medias estén rotas,magulladas por el deseo…

Yo lo que quiero es amar a Van Morrison, que sus tragos sean los míos también. Llevarme una escalera y visitar a Janis Joplin y besarla, y abrazarme a ella, como si fuera yo. Y bajar juntas al infierno y quemarnos de tanto pecado, de tanto derroche… de bajar otra planta más, y enredarnos entre la raíces más bonitas, las que llevan toda la melaza de la vida dentro…
Quiero se culpable de ser loca, porque si, porque ya son bastantes los que se han sentido culpable por nada, yo quiero ser culpable de fumar porros, de ahogarme en los jugos de un amante. Quiero morir mil veces, porque es tan revolucionaria la forma que he elegido de vivir, que siquiera tiene barreras.. y es que la vida es revolución, la vida es eso que te quema por dentro, la vida es una preciosa putada...


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