Aplausos


Nada más alentador que un aplauso. Pero cuando se repiten por compromiso la vanidad de aquell@s que los reciben se convierte en un monstruo devastador.


María Gladys Estévez.

miércoles, 20 de abril de 2016

Impresiones



Tendría que explicarse a ella misma la visión que se hallaba ante sí, era significativo, porque nadie más la acompañaba y detrás del muro de hibiscos todo era silencio.
Habría de hacerse las preguntas y de contestarlas en un soliloquio aparente, descartando la más ínfima retórica que sumamente rechazaba por propia convicción, y por la misma causa elegía esto, o aquello. La intuición quizás la proveía de ciertas dotes. Visión o realidad significaban lo mismo en esos instantes en que la gran burbuja acrecentaba su volumen a cada segundo, y al compás del parpadeo de los ojos de la señora.
Los ojos de ella se pegaron a la mole transparente, una de las pestañas irrumpió como si de una flecha se tratara en el globo, y un torrente de agua se derramó surcando la blusa abotonada. Entonces fue cuando halló explicación para dicha visión: La pared mojada por la lluvia torrencial había sido violada y salivaba agua en forma de burbuja.

6 comentarios:

  1. Guau! Perdón por la simpleza... Fantástica entrada. Noto la amargura en su garganta de burbuja torrencial.

    Besos siempre.

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    Respuestas
    1. De simpleza nada, más me siento alocadamente bien al saber que te ha provocado esa emoción.

      Besos siempre.

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  2. Bonita impresión la captada en esos momentos.
    Un abrazo.

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  3. Si esa era su verdad, así sea. Me encanta cuando describes en tus relatos, lo veo como si estuviera allí.
    Besitos a montones

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  4. Me gusta que te guste.

    Besitos a montones para ti también.

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