Todos los días la señora seria se levantaba muy temprano para ir a comprar el pan y la leche, porque en la madrugada todos los olores de la noche aún permanecían mezclándose con los cirios de las farolas y con los lirios y con las flores de azahar. La señora seria recorría aquel camino con un entusiasmo desbordado y con los ojos bien abiertos y aspirando el almizcle, la lechera en una de sus manos y la talega en la otra hasta llegar al destino para luego volver con la tibia leche y el pan recién horneado. Era tan seria que los niños le temían, los vecinos saludaban con cierta aprensión y la maestra del pueblo la respetaba mucho. Una vez el alcalde y el médico hablaron con ella con la intención de saber el porqué de su aspecto sobrio, pero la señora seria no respondía nunca, y seguía su camino...
Ella cuando se quedaba sola respondía a todas las preguntas del alcalde y del médico y a veces de la maestra: Una no puede sonreír cuando el cielo se oscurece con una tela gris y cuando una sabe que hay niños muertos encima de cualquier madero o en la ruinas de cualquier ciudad, se dijo. Y volvió a decir por la tarde cuando se encontraba sola: Una no puede sonreír cuando la tierra en que se vive se muere por las bombas y los rostros de las gentes se desfiguran por la metralla....
No señor, no, se dijo. Tomó la lechera y tomó la talega y cuando empezaba el día se dispuso a los de todos los días a esas horas...
A veces la vida impone esa seriedad.
ResponderEliminarUn abrazo en la noche.
Un abrazo en la mañana, Rafael...
Eliminartu manera de escribir y describir es muy propia y cálida amiga María. Extrañaba leerte....
ResponderEliminarQué bello halago, Lao..
EliminarSaludos cordiales.
La señora seria era más humana que los demás.
ResponderEliminarBesos.
Cierto, Toro..
EliminarBesos.
Precioso relato. Besos
ResponderEliminarMe alegro que te haya gustado, Eva
EliminarBesos.
Una no puede sonreir cuando llora el alma.
ResponderEliminarBesitos amore
´Besitos de vuelta para ti, amiga.
Eliminar¿Como reir? con tanto dolor,con tanta sangre,con tanta miseria arañando los ojos.
ResponderEliminarme gusta,tanto como para mandarte un puñado de abrazos
Tú si que vales amigo, te quiero.
EliminarAbrazos
Bueno, María, la situación actual nos haría a todos emular a la protagonista de tu relato, pero la seriedad de carácter no es suficiente para acabar con todas las lacras de nuestra sociedad. Hay que dar un paso más y con seriedad en las palabras, en el mensaje, despertar las conciencias de los dirigentes para acabar con tanto despropósito.
ResponderEliminarUn muy buen relato.
Besos
En realidad he querido crear un ambiente quizás de cuento, aunque como es evidente, no es infantil. "La señora seria" es la triste situación de muchos sitios. "La señora seria" es lo que refleja los sentimientos de la protagonista hacia todo ello.
EliminarGracias por tu comentario y que te haya gustado el cuento.
Besos.
Algunas personas se toman las cosas demasiado en serio y se amargan solas sus propias vidas pensando en aquello que no pueden hacer nada por cambiar. Una simple sonrisa y todo el mundo cambia. Pero, claro, ella estaba demasiado preocupada para pensar en lo que pasaba en su propia vida...
ResponderEliminarSuerte
J.
Gracias José por tus palabras...
EliminarSaludos cordiales.