Preparó el bastidor dejándolo al lado del ojo de buey. De pié frente al espejo comenzó con unos trazos conmemorando la dulzura de un rostro feliz, de unos ojos brillantes llenos de sueños. El rojo carmesí surcó el lienzo dejando un aspecto demacrado, con una lluvia de lágrimas. El negro cubrió la cuenca de sus ojos. Prefirió verse sentada en una silla, vacía.
Jo, este es muy triste.
ResponderEliminarMucho.
Saludos.
Si...
EliminarSaludos
me pareció como que no estabas convencida de pintar.... ¿es así Aniagua?
ResponderEliminarLo has adivinado,Lao
ResponderEliminarAbrazos
La hermosura de algunas tristezas, si es que tal cosa existe. Saludos.
ResponderEliminarExiste..
Eliminargracias por pasar y comentar, Darío
saludos
Da la sensación de que el subconsciente se apropia del lienzo. Muy bien "plasmado", besos
ResponderEliminarBesos de vuelta para ti.. Beatriz
EliminarLa tristeza a veces nos inhibe de ser creativos.
ResponderEliminarCariños
Gracias, amiga.. me alegro de verte y mucho
EliminarCariños
los sentimientos del alma invaden el cuerpo y nos dejan su huella que no podemos quitar..hermoso escrito, saludas querida amiga
ResponderEliminarUn abrazo fuerte para ti, amiga linda
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