Dudó en el color de la bata, al final se decidió por el azul con florecillas blancas.
Era la primera vez que entraba en un quirófano y su cuerpo temblaba de miedo, además de no poder soportar ese olor tan característico.
Sintió lástima al verla ahí en la camilla, inerte, son sus manitas atadas; su panza esperando el bisturí.
Unos minutos antes la había visto llena de vida; su piel brillaba y sus ojos saltones giraban los trescientos sesenta grados en su pequeña jaula.
Un tajo certero y pudo ver como su pequeño corazoncito seguía latiendo. Ese mismo año abandonó veterinaria.
Aniagua:
ResponderEliminarDejandote todo mi cariño con el deseo que disfrutes un buen fin de semana!!!
Cariños
Definitivamente la vocación cambia. Y a veces de manera brusca al enfrentarnos a estos terribles escenarios. Quedé con una sensación de tristeza amiga.... y te digo que yo no podría haber sido veterinaria!!!!!! =( Besitos para ti!!!!
ResponderEliminarAbuela cyber, Lady: Les quiero!!!
ResponderEliminarYo tampoco podría.
ResponderEliminarMejor estudiar cualquier otra cosa.
Saludos.
Gracias por tu visita, Toro
ResponderEliminarSaludos
Qué era eso, un camaleón jajajja. Me llegó el olor a antiséptico...
ResponderEliminarBesitos Aniagua
Ah,,, bien..
ResponderEliminarUn besote
Cosas tremendas que nos pasan para poder cambiar. Saludos.
ResponderEliminarGracias, amigo
ResponderEliminarSaludos
He creado una entrada "especial fiestas" para felicitar estas fiestas tanto a ti como a tus amigos
ResponderEliminarUn abrazo