Había dejado todos los sueños y todos los días. Dos semanas después del otoño, un último amanecer y una luna a la mitad; un armario lleno de ilusiones, tapiado.
Los dedos de los pies en avanzadilla, deslizándose.
La música del río acompañaba el cuerpo frío y quieto.
Al día siguiente la noticia en los diarios relataba que había sido encontrada entre las rocas. Oculta en un cobertor, nadie pudo ver la sonrisa en su cara.
obrigado por sua visita e por seguir o blog, já sigo o seu blog...
ResponderEliminar"un armario de ilusiones" "una luna a la mitad". Me gustó mucho amiga Aniagua. Muchos y afectuosos saludos, eres muy original y creativa. ¡sigue así! como sos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Lao, muy amable
ResponderEliminarUn abrazo!
La tristeza embarga.
ResponderEliminarA veces hay que tener mucha templanza para sobrevivir.
Cariños
Un gran beso, amiga linda
ResponderEliminarComo tantos otros... que pena.
ResponderEliminarBesos.
Cierto,..
ResponderEliminarBesos
Que tristeza amiga! A pesar de todo siempre tenemos que buscar un motivo para seguir viviendo. Pienso que siempre lo habrá!! Muchas gracias por tus letras siempre tan creativas! Besitos.
ResponderEliminarGracias a ti , linda amiga
ResponderEliminarAbrazos
Hola Aniagua, buen día,
ResponderEliminarestamos atados a realidades como ésta,
el armasio de ilusiones tapiado con ella dentro,
no mas quimeras.
un gran abrazo
Gracias, Ariel por tu visita
ResponderEliminarAbrazos par ti también