Pero ese no fue el modo en que actuó cuando al ver el Teide completanmente nevado.
Naturalmente que no. Un cuenco con fresas y nata brillaba en todo su esplendor ante sus ojos, aunque el deseo hubiese sido otro: sus labios. Si realmente fue eso. Había soñado con él.
Pero los sueños, sueños son, dijo alguien.
De modo que lentamente chupeteó una y otra vez cada pieza.
Si, definitavemente Echeide se hallaba enfrente: altibo, majestuoso.
" El perro infierno se vive aqui"
Eso pensó.
Además de todo eso deseó lo prohibido.
O "fruto proibido" é sempre o mais desejado
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Saudações poéticas. Semana feliz .
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Poema: “” Fechada em meu coração ””…
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El perro infierno... qué fuerza tiene!!!
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