Este año les habían puesto uno al lado del otro, él con su sombrero negro de alta copa, ella con un precioso echarpe. Los dos muñecos de nieve pudieron juntar sus labios, pero fue tanta la pasión y el amor que se prodigaban que se derritieron.
Blog de María Gladys Estévez. Si supiera dónde se encuentra la verdad tendría otro comportamiento. No entiendo este modo de vivir.
Se habían despedido el mismo día en que se encontraron, solo que, ninguno de ellos lo sabría hasta pasado unos años, en que, l...
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