miércoles, 22 de enero de 2020
El reloj que no era de cuco
Eso dijo cuando unas horas antes de entrar en quirófano observó fijamente a la pared donde se hallaba un reloj.
Eso dijo apuntando con el dedo recto y firme y huesudo.
Con la bata rasgada. Debieron ser los ratones en el sótano que por falta de queso engulleron tejido.
Dijo con perversión que ese reloj era un Jesús al revés, dijo que le faltaba la ropa, y dijo que sangraba poco.
Dijo también que podía ser una miseria de humanos pegada a la pared.
Calló luego cuando ya le habían abierto el estómago por si podían salvar su vida.
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ResponderEliminarUn beso atemporal.
Gracias y otro beso atemporal
Eliminarme has gustado un blog muy especial saludos desde Miami
ResponderEliminarMuchas grascias
EliminarSaludos desde Canarias. España