¿Te acuerdas de aquellos años entre la infancia y la juventud?
Me hubiera venido tan acertado y gozoso una carta tuya, pero ya pasó la moda de las cartas con letras de verdad. Ahora no sé siquiera por donde paras.
¿Te acuerdas de la fuente con los patos?
Tú y yo contemplando a tu padre mi tío querido mío montado a caballo al trote, Era guapo como tú. Y los cromos? claro que se que te acuerdas porque me salvaste la vida cuando la cajita se me cayó de la manos y casi la pierdo por entre aquellas piedras negras. Nos quisimos mucho. Los primos mayores, que nadamos en una infancia cristalina llena de imàgenes maravillosas. Y tu casa, la casa de azul siempre.
¿Sabes que el año pasado estuve por allí?. pero la casa ya no estaba, Me dió mucha tristeza. Porque tampoco estàbamos tù y yo.
Las caballerizas, bueno una caballeriza en ruinas si que pude ver... desdentada como una anciana de ciento tres años...
El sauce donde reíamos, y el chocolate se derretía en mis labios y tú pendiente de los tizones negros por si alguno se despistaba y ¡zass!.
He soñado mil y una madrugada con aquellos vivos años. Añoro, añoro todo...
Parece que me he quedado fría de muerta.
Pero sigo escuchando todo: cada palabra, risas, a mi tía y a mi tío en la cocina, y tú mi querido Román siguiéndonos juntos paso a paso. Primo.¿ dónde paras?
Te quiero.
María Gladys Estévez.
La verdad es que estoy a punto de llorar, verdaderamente emotivo el relato, de verdad.
ResponderEliminarBesos.
Gracias mi niña.
EliminarBesos.
Me enternecen tus palabras y me transporta a ese tiempo que conoci y que vuelvo a vivir gracias a ti. Besos
ResponderEliminarBesos de vuelta Capitán y gracias
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