Yo te he mancillado,
porque toqué tu cuerpo,
y tenía mis manos llenas de
barro...
En ti ha quedado la mancha,
los besos,
mi posesión anclada a tus
piernas...
Yo te he ultrajado.. he
pecado, gravemente,
porque supe cómo eras..
Eres un dios que se retuerce
en un mar de placer...
He querido sentir cuando tú
sientes,
al mismo tiempo y los dos,
como cuando a veces el sol y
la luna se acarician.
Nada es mejor que dejarme ir,
a sabiendas, que tú, lo mismo haces.
Eres mi espejo, mi yo.
Mi caudal repleto de besos (
Ánfora)
Te quiero en mi ombligo a
gotas,
a ríos cuando te desbordas...
Y te quiero despoblado,
indefenso...
Tú, mi invitado de siempre...
que llevas pura melaza para el
bien de mis pechos..
Mejor una copa de tu río,
mejor beberte.
Pecado forzoso, río de tinta,
te quedas con mi sello en tus
labios...
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