Aplausos


Nada más alentador que un aplauso. Pero cuando se repiten por compromiso la vanidad de aquell@s que los reciben se convierte en un monstruo devastador.


María Gladys Estévez.

sábado, 9 de febrero de 2013

Mientras preparaba té


Mientras preparaba té, yo no podía dejar de mirarla. Fuera, el viento, zumbaba mezclado con las partículas de polvo amarillo que se colaban por los huecos y rendijas de la jaima. Esa noche desee que su pozo fuera mi oasis y poder beber su fuente. Tuvimos que acostarnos temprano. El viaje de vuelta a casa sería largo, así que nos acomodamos todas las chicas lo mejor posible y cantamos en coro para el padre Juan.





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