domingo, 21 de agosto de 2011

De cuando los corazones lloran

Ni los fuegos de artificio con su estruendo.
Ni el torrente que la lluvia forma en la tarde,
en la tarde oscura de invierno, madre inmensa,
madre enorme que tú todo abarcas.
Manos juntas al firmamento, ruegan la misericordia
de unos  oídos sordos. (Y sobreviene el sueño eterno.)
(Festines y  grotescas risas de unas  marionetas)
Ni la pena de sus almas putrefactas,
ni el dolor de sus bocas secas,
nada se escucha, cuando los oídos permanecen sordos.

3 comentarios:

  1. Deliciosamente melancólico.
    Bienvenida a la blogosfera y gracias por tu visita y comentario.
    Me gusta mucho tu plantilla.
    Un beso, Aniagua

    ResponderEliminar
  2. la indiferencia aleja el sentimiento, ensordece el alma al grito de auxilio, nadie puede ayudar al dolor cuando se niega a oirlo..
    saludos querida Aniagua

    ResponderEliminar
  3. Sentires que duelen en el alma. indiferencias que acongojan y oprimen.

    Cariños

    ResponderEliminar

Ballade pour Sophie

Ballade pour Sophie

Se habían despedido el mismo día en que se encontraron, solo que, ninguno de ellos lo sabría hasta pasado unos años, en que, l...