Aplausos


Nada más alentador que un aplauso. Pero cuando se repiten por compromiso la vanidad de aquell@s que los reciben se convierte en un monstruo devastador.


María Gladys Estévez.

viernes, 19 de agosto de 2011

Verde Musgo


Sumergió  sus manos  en las aguas tranquilas del lago, y en su interior danzaron   en un vaivén de movimientos orquestados.
La serena quietud de la tarde y la música de sus colores, hicieron que Renata se abstrajera totalmente de la realidad, y poder olvidar por unos instantes la pasión contenida de un amor inmensamente hermoso, pero lejano.

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