Desde siempre me deshago para tener-te igual que como cuando yo duermo y me hallo cómoda y relativamente junto al tiempo yo me acomodo en tu cintura con la piel mía; a voces te grité y tú vuelves pero en el silencio perturbador que te provoco en la soledad oscura del deseo.
De pronto, me paro al borde del camino; te busco, y no entiendo que tu mirada esquivo. Me corto los dedos cada vez que te olvido; ya sabes: me esquino, y por tus ojos miro.
"...El reloj avanza mientras te miro..."
ResponderEliminarUn abrazo.
Otro abrazo Rafael y un beso enorme.
ResponderEliminarPues ya estå. Tic o tac, o a la inversa, para que ni se rom por a el silencio. Menos, el tacto!
ResponderEliminarYa está!
Bss
Besos de vuelta Pilar..
ResponderEliminarMe acomodo en tu cintura con la piel mía. Me encanta. Besos
ResponderEliminarBesos para ti y me alegro que te guste, Eva.
ResponderEliminarDe pronto, me paro al borde del camino;
ResponderEliminarte busco, y no entiendo que tu mirada esquivo.
Me corto los dedos cada vez que te olvido;
ya sabes: me esquino, y por tus ojos miro.
Besos siempre
Precioso Gustavo.
ResponderEliminarBesos siempre.
Vuelve pero no vuelve...
ResponderEliminarPodría..
ResponderEliminarEspectacular.
ResponderEliminarMe ha encantado.
Enhorabuena.