Esa noche había dormido con su pijama favorito dibujado con pequeños carruseles encadenados desde el cuello, hasta el borde que llegaba a los pies.
Cuando abrió los ojos se le encogió el alma, alguien le había robado el cielo.
Su cuerpo se hizo un ovillo y no paró de llorar, hasta que de nuevo empapelaron el techo.
Blog de María Gladys Estévez. Si supiera dónde se encuentra la verdad tendría otro comportamiento. No entiendo este modo de vivir.
Aplausos
Nada más alentador que un aplauso. Pero cuando se repiten por compromiso la vanidad de aquell@s que los reciben se convierte en un monstruo devastador.
María Gladys Estévez.
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Ballade pour Sophie
Ballade pour Sophie
Se habían despedido el mismo día en que se encontraron, solo que, ninguno de ellos lo sabría hasta pasado unos años, en que, l...
Pues menos mal que lo empepelaron¡¡
ResponderEliminarBesos, pusieron fin a tanta amargura, me alegro bastante, si no hubiera abierto los ojos, no sé.
Lo importante es el final feliz y no el desarrollo de los acontecimientos, Besos.
Gracias Amapola por tu visita y agradable comentario...
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Muy tierno.
ResponderEliminarBesos.
Una cosa, al entrar en tu blog me advierten de que hay un contenido peligroso de GOEAR o algo así y que es software malicioso.
Gracias, Toro por la advertencia. Miraré por si mi equipo tiene virus, aunque tengo un antivirus bueno.
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El único contenido peligroso es el destino que de tu pluma y mano nos ampara. Yo tuve un carrusel como ese y recuerdo aún el acojone...Besos
ResponderEliminarGracias por la visita y comentario, Gustavo.
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