Aplausos


Nada más alentador que un aplauso. Pero cuando se repiten por compromiso la vanidad de aquell@s que los reciben se convierte en un monstruo devastador.


María Gladys Estévez.

martes, 8 de abril de 2014

El hombre que llevaba un Rolls-Royce

Seguramente pensaría que  aquella señora no se sentiría feliz, porque sólo saldría a la calle para ir al mercado o a la floristería. Pensaría también que no se sentiría feliz porque sólo tendría un vestido que lavaría todos los días y tendría algún cosido de más. ¿Dónde espera la felicidad? ¿Acaso en una mina de diamantes? Quizás nunca le preguntó si el aroma de las rosas, o la calle de adoquines que hubo recorrido diariamente; observar los puestos del mercado adornados con toda clase de artículos y las sonrisas y saludos que hubo obtenido en aquellos lugares, propiciaron toda la felicidad del mundo.

16 comentarios:

  1. En las pequeñas cosas está la felicidad, no lo dudes nunca.
    Un abrazo.

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  2. Hola, María:

    Todo es según el color del cristal con que se mira, la felicidad no solamente está en lo material.

    Me alegra conocerte,

    Abrazos.

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    1. Gracias Rafael, eres muy amable.
      Abrazos y gracias por seguirme.

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  3. Ya lo dijo un poeta: un corazón grande se llena con poco.

    Un fuerte abrazo.

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  4. No siempre los lujos dan la felicidad. Un beso

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  5. me deleitan los textos coros es facil leerlos
    Me ha encantado encontrarte

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    1. Gracias por tu visita y agradable comentario...

      Saludos cordiales.

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  6. La felicidad existe cuando no se tiene mayor deseo que ser feliz. Hasta entonces, nos tocará sufrir.

    Besos.

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