jueves, 9 de enero de 2014

Donde un mar puede ser un sueño

Parecía  que sonreía cuando se la veía entre geranios o, cuando miraba buscando un mar inexistente. Luego un camino de barro cubría sus pies y de la mano de la pequeña Olivia que  dirigía sus pasos, llegaban al océano de sueños cada tarde y tomaban asiento en el borde de la roca. 

lunes, 6 de enero de 2014

Enero, una tarde de invierno

No había  brisa y la veleta en forma de avión, inmóvil, en el parapeto. No había  llantos, pero si  risas con música de una guitarra. Cada uno sentado en su silla no muy distante de unos y de otros  se dirigían miradas de recuerdos. Por allí cerca en la huerta los veranos de atrás olían a pan con chocolate, a hinojo salvaje. Los inviernos guardaban aún el sabor del humeante café, del tazón de leche tibia, y las botas de agua en la entrada de la casa, esperaban el día siguiente. Dijeron que la tarta tenía poca nata en su interior, que el pollo asado era demasiado abundante. ¿Un café? y llegó la bandeja con varias tacitas envueltas en recuerdos. Es tarde y los besos se despidieron hasta un próximo encuentro; los recuerdos si lloraron después, a solas...

sábado, 4 de enero de 2014

Podría ser una noche cualquiera

Falta poco para que la lechuza cruce el jardín una vez más; se parará y sus ojos mirarán alrededor y la cena en la casa ya habrá terminado y, el porche volverá a ocuparse con risas, y con copas.Aquel drago hace años que fue acunado entre la tierra, y pasaron todos los días y ahora es un gigante acomodado, pero menos alegre. Ahora se escuchan los ecos de los otros años, pero sólo son ecos que han quedado retumbando en las paredes y detrás de los visillos. Mientras tanto el porche tiene la luz de unos farolillos y las bocas  pronuncian que el postre ha estado estupendo, pero esa  mujer está de espaldas y apoya la barbilla en sus manos y sus pies se desnudan, y por unos momentos sería bueno que desapareciera el porche, las risas, y las copas y quedara nada, entonces sus lágrimas podrían brotar igual que un río abarcando todo y ella y la lechuza quedarían una vez más solas en el silencio de otra noche cubierta de negrura.

4 de enero de 2014

La vida es una  inmensa pista de hielo, por eso hay que aprender a patinar...

viernes, 3 de enero de 2014

Las ondas del mar por las tardes

Aquel lago tenía dentro pececillos de colores y algunos sapos con ojos redondos y saltones ; las tardes tenían ese peculiar olor a jengibre y caldo verde y pan recién horneado, yo, ensimismada, contemplaba la poza, de puntillas, y las olas iban y venían y los sapos saltaban entre las pequeñas ramas, que, amerizaban, cuando la brisa soplaba desprendiéndolas del viejo nogal. Debí dormir un rato debajo de la pared de piedra que contenía el mar aquel, luego soñé que navegaba con un bar quito chico y recorría aquel mundo de fluidos y de transeúntes.

jueves, 2 de enero de 2014

Katia, dime que sí




Esos ojitos que son dos luceros redondos y que me miran seguido, seguido, hasta que, los míos, se clavan en ellos; una lluvia de estrellas toda ella, una piel de trigo dorado como el sol. Apenas un ligero trote deja sus patitas de puro algodón y se quedan las huellas en la losa aún húmeda por la fina escarcha de lluvia. Corre, corre, que te pillo, los niños juegan con ella, esa podenquita, esos ojitos...

miércoles, 1 de enero de 2014

Cuando se disipa una niebla

Aquí o allá  de éste lado o del otro, la cocina humea con el potaje, con las peras al vino y el ventanuco ahora nublado cierra sus ojos por unos instantes. Un largo pasillo termina en  el patio y un guayabero cargado de guirnaldas; dos sillas y una banqueta se quedan todo el año al sol, a la lluvia. Aquí o allá , otra habitación con una cama, con bordadas sábanas de miles de mariposas que vuelan  hasta la puntilla que casi llega al suelo. Ella con sus ojos verdes sonríe, sonríe en un mundo sin recuerdos; tic, tac, tic ,tac el reloj del pasillo. La otra mujer joven besa la comida que adorna el plato con ribetes plateados, alza la bandeja y parece que la niebla de la habitación se disipa y la primera cucharada del caldo es recibida con otra sonrisa, es aquella, que postrada, tiene unos ojos verdes llenos de olvidos...

Ballade pour Sophie

Ballade pour Sophie

Se habían despedido el mismo día en que se encontraron, solo que, ninguno de ellos lo sabría hasta pasado unos años, en que, l...