Y supo que ya había amanecido por el sonido de las campanadas. Sobrevino un profundo dormir.
A veces los sueños son tan profundos que una se queda sin piel ni huesos, ni ojos, ni manos, ni pies.
Es como flotar en el líquido amniótico, tibio. No hay vida, ni muerte sólo ese reflejo placentero.
Un silencio agradable, como cuando alguien en cualquier lugar se queda admirando el cielo durante un largo rato. Explorando todo con la mirada.
"Dicen que si te acuestas con los sueños ya nunca regresas"
¡Ojalá fuera así...!
ResponderEliminarUn abrazo.
Otro de vuelta para ti!
ResponderEliminarCuánta falta nos hace tener un sueño profundo, dormirse sin miedos ni preocupaciones amiga. Muy bonito. Besos 😘
ResponderEliminarBesos de vuelta amiga linda
ResponderEliminar