Aplausos


Nada más alentador que un aplauso. Pero cuando se repiten por compromiso la vanidad de aquell@s que los reciben se convierte en un monstruo devastador.


María Gladys Estévez.

miércoles, 16 de septiembre de 2020

Los gladiolos no son para el otoño

 


Se mantuvo al margen. Siempre lo hacía. Lo que presuntamente parecía una huida sólo era discreción.

 "Las notas de un piano son como esas golondrinas, que vuelan libres surcando un cielo, o un aplauso merecido, la bienvenida al mundo de una criatura. Lo sensible", eso meditaba a la espera de que alguien avisara, que la llamasen para declarar algo que no terminaba de comprender. Quizás para ella era injusto, pero habría de entrar y jurar la verdad. De modo, que allí estaba sentada en una silla burdeos y contestando una, por, una las preguntas. La rectitud y honradez formaba parte de su carácter, un carácter nada complicado. Extrovertida, pero comedida. 

Recordó aquellos días de la infancia en la escuela, antes de aprender a leer y escribir había que moldear el carácter, sentarse adecuadamente, aprender a dialogar, ser paciente.

 La transgresión estaba vetada. 



Cuando regresó a su casa lo primero que hizo fue tomar un baño, de esos que besan todo. Agua templada y una copa de vino.


Sonrió, y volvió a sonreír. 


Sabía que había derrotado al enemigo con la prudencia que la caracterizaba. Con la clase bien aprendida de lo de moldear el carácter.


Janis Joplin sonaba, y ella volvió a sonreír con los labios manchados de tinto. En la encimera un ramo de gladiolos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Ballade pour Sophie

Ballade pour Sophie

Se habían despedido el mismo día en que se encontraron, solo que, ninguno de ellos lo sabría hasta pasado unos años, en que, l...