jueves, 28 de febrero de 2013

Me bajé un rato

Ya no me acordaba lo  que sentía  al pisar la tierra húmeda. Bajé ayer un rato, descalza, como siempre. Lloré como una niña.

miércoles, 13 de febrero de 2013

La sonrisa de mi morena


En los veranos nos repartíamos unos helados para mitigar el calor. Ella acudía como una niña para pedir el suyo. Los martes tocaba sesión de peluquería y quedaba extasiada mientras le hacíamos una larga trenza, que terminaba en un rodete adornado con un lazo azul.

Todo lo que tenía ocupaba los dos cajones de la mesilla de noche y en un hueco de la pared un retrato de juventud con Ismael, su novio.
Era feliz en un mundo interior lejano del nuestro, envuelto en recuerdos y vivencias de una época en que las horas se vivían dejando las huellas enterradas en las tierras arrendadas y una limonada al caer la tarde era un exquisito manjar.
Había crecido con el aroma de los laureles, con el sabor del guarapo. Con ese cielo limpio y lleno de estrellas, que ahora extrañaba.

Deambulaba por la casa de arriba abajo. Con la escoba, deslizando sin recuerdos el manejo de sus manos.

Las naranjas de la china adornaban la lacena cada navidad. Ella las colocaba en la mesa convirtiendo en un lienzo el mantel bordado, cuando se fue, quedó dormida en sus sábanas blancas y sueños olvidados.
 

sábado, 9 de febrero de 2013

Mientras preparaba té


Mientras preparaba té, yo no podía dejar de mirarla. Fuera, el viento, zumbaba mezclado con las partículas de polvo amarillo que se colaban por los huecos y rendijas de la jaima. Esa noche desee que su pozo fuera mi oasis y poder beber su fuente. Tuvimos que acostarnos temprano. El viaje de vuelta a casa sería largo, así que nos acomodamos todas las chicas lo mejor posible y cantamos en coro para el padre Juan.





jueves, 31 de enero de 2013

Planta cero, puerta catorce

Ya no habría marcha atrás. El corazón quería salir de un salto y un sudor frío rezumaba por los rincones de la piel.
Cerró los ojos deseando que todo fuera un sueño, que  al abrirlos estaría en su cama, en su casa.
Una lágrima brotó seguida de unas cuantas más que surcaron el rostro, arrastrando los sedimentos de células muertas; desviándose al llegar al  tabique nasal y terminando en el pozo de sus labios temblorosos.
Resignado pensó en los días pasados, en lo años de la infancia, de la juventud; sentía como el cuerpo se entumecía cada vez más rápido.
Marga llegó a sus pensamientos, exuberante; entonces se concentró en ella y una tímida sonrisa se escapaba de dentro. La imaginó allí con él, acariciando su pelo ensortijado, besando su cuello rígido; recostada en su pecho, alfombrándolo con su larga cabellera negra.
Una mano se posó en el hombro desnudo, cayó como una losa de mármol; abrió los ojos con la misma angustia de antes, el cirujano le sonreía cálidamente.


domingo, 27 de enero de 2013

Mi vida en un libro

Es maravillosa porque vivo justo en la página de enfrente a la de mi amor, y cuando alguien cierra sus tapas, nos juntamos los dos.

sábado, 26 de enero de 2013

A punto de caramelo



La costura ha quedado perfecta, me dije. Qué manos tiene. Desde aquí arriba le veo trabajar; comedido, hilando con delicadas maneras. Cuando terminó dijo en voz alta: Terminado y apunto de  caramelo..


jueves, 17 de enero de 2013

La guarida


Mamá se pone contenta cuando regresamos con las bocas sangrientas. Nos premia con tres estrellas cosidas en el pecho.

Ballade pour Sophie

Ballade pour Sophie

Se habían despedido el mismo día en que se encontraron, solo que, ninguno de ellos lo sabría hasta pasado unos años, en que, l...