martes, 9 de diciembre de 2014



Y sin embargo soy humana y esos sentimientos que permanecen en la penumbra afloran y hago caso omiso de lo que se haya infundado a lo largo de mi vida;entonces devoro al amor igual que una posesa y me eximo por ello...,

lunes, 8 de diciembre de 2014

Ese descaro que es el que define quizás lo que realmente soy,no es ni mas ni menos que la tremenda osadía de mi persona ante los males y los absurdos que se puedan anteponer cada día en cualquier lugar donde suelo acudir, o cuando estoy en compañía de seres potencialmente cínicos e hipócritas...,

domingo, 7 de diciembre de 2014

Una carta para mí






Siempre ha sido tu lugar preferido, además, las ramas se han extendido mucho a lo largo de estos años; parecieran los brazos de mamá arropando…, ¿Las garcillas?si, claro, es evidente que por ésta época del año estén por aquí. Antes también regresaban en bandadas igual que los niños cuando salen de sus clases girando aquí o allá, si, garcillas, miles de garcillas revoloteando hacia el lago…,
La cometa que papá nos hizo era igual que el rostro de una geisha, tan bella, serenamente alzaba el vuelo y la brisa soplaba cada vez más fuerte y la cometa se erigía mas y mas alto  hasta casi rozar  las nubes de algodón.
Ahora es cuando quizás tú me digas que soy una romántica empedernida, si, y tienes razón, lo soy. ¿Prometes no reír si recordamos el día de la bicicleta?Aquel día fue  de los inolvidables, si, eso fue realmente. Los días inolvidables son los que nunca desaparecen de nuestras vidas, siquiera por la falta de memoria, igual que aquella señora viuda de las tienda de frutas, que, aún en su aislamiento mental, de cuando en cuando, se le dibujaba una sonrisa y resultaba graciosa la mueca de su boca mostrándose feliz de algún recuerdo agradable que acudía de tarde en tarde; pues algo así quería decirte, que esos son los días que no se olvidan, y ya sabes lo que sucedió con el paseo en bicicleta, más bien el corto paseo. Quise girar para volver a casa y aquel demonio de cacharro se dirigió hacia la bajada de piedras negras hasta llegar a casa de la abuela; por poco me destrozo la cara,me había estrellado en el muro de la escalera que daba al cobertizo, donde se guardaban los aperos. Miles de pajarillos daban vueltas alrededor mío y no supe donde estaba hasta que la tía gritó y entonces fue cuando pude abrir los ojos y pestañear todavía algo aturdida. Encima mamá me reprendió por ello.
La huerta de maíz era realmente hermosa y cuando los rayos del sol se adentraban por entre los trigales, se me antojaba un joyero repleto de centelleantes luces…,
Lástima que el piano del señor Robinson hubiese terminado en la hoguera, ¿Te acuerdas?. Nos gustaba tanto escucharlo por las tardes. Desde la habitación de la abuela se oía perfectamente. Qué música más bonita, claro está, que con las manos delicadas del señor Robinson no podría salir más que cantos de ángeles por entre las teclas.
La vereda que surcaba los huertos llevaba a la charca, era un lago hermoso  con los nenúfares adornando igual que las flores en los sombreros de las señoras…,
Luego el tiempo pasó, pero tan lentamente, que aún tengo en los labios el sabor de la mermelada y de los higos. Si cierro los ojos puedo ver las sábanas de encaje ondeando al viento, igual que la cometa, cuando papá nos llevaba a la playa en verano. Las chalupas y las cometas, todo un lienzo de colores…,
Las tías, los primos, el colegio de la señorita Margarita; todo ello sigue en mi memoria, nada ha quedado en el olvido…,


¿Crees que estará oyendo?- No lo dudes, ¿Es que no has  visto cómo sonrió, cuando leiste lo de la bicicleta?...,



viernes, 5 de diciembre de 2014

En la noche

Allí estabas, tu pelo, tus ojos... exactamente igual que yo, y si yo hacía algún gesto por muy pequeño que fuese, tú también. Cuando creí que todo iba bien, que sólo era mi imagen ante el espejo sobrevino el terror, y la sangre comenzó a brotar de mi pecho.
Antes de desplomarme pude ver cómo sonreías, cómo te alimentabas de mi corazón...,



Pobre de aquel que en su vanidad crea que el mayor de los inconvenientes sea prescindir de la sombra que pueda proporcionar un sauce, o de ocultar los rayos del sol con un ancho muro gris; porque será igual que llenar el alma con un puñado de tierra…,

jueves, 4 de diciembre de 2014



Creo que las guerras son decisivas en cada cabeza de cada gobernante por el modo en que reaccionan ante la injusticia y el dolor de las madres al ver a sus hijos con desgarradores gritos…,




lunes, 1 de diciembre de 2014

Probabilidad



Los ocupantes del salón de té debieran procurar tener sus espaldas bien rectas y adoptar una postura coherente cuando las tazas humean, eso sería lo correcto, según las costumbres del lugar; pero las espaldas rectas en tal caso no tendrían que ser motivo suficiente para poder saborear un té, de modo que, éste, sobremanera sabría a manjar de dioses ahora en la montaña, ahora en el salón; por lo tanto las bienaventuranzas no siempre llevan capas púrpuras en los hombros, ni joyas adornando escotes…,

Ballade pour Sophie

Ballade pour Sophie

Se habían despedido el mismo día en que se encontraron, solo que, ninguno de ellos lo sabría hasta pasado unos años, en que, l...