sábado, 31 de enero de 2015

Las alpargatas (Cuento)



Por aquellos días el viento soplaba tan fuerte que las sábanas habían sido arrancadas de cuajo de la cuerda de esparto; se habían perdido por entre los huertos de trigo, algunas, habían quedado prendidas a ellos, como si hubiesen deseado eso, abrazar la gran espiga y quedarse ahí  para siempre. Antonio tenía un padre, una madre y ocho hermanos, todos habían venido al mundo bendecidos por el amor de aquella pareja de jóvenes que acordaron vivir para siempre juntos, en lo bueno, y en lo malo…,
Lo malo fue que hubo por entonces una guerra, tan cruel como todas las guerras; de modo que la vida se hacía muy difícil de vivir. Había  por entonces muchas  carencias y los piececitos de los niños empezaban a quedar al descubierto, cuando acudían a la escuela por el camino a la Cuesta, y, los abrigos empezaban a escasear en sus menudos cuerpecitos y el viento que se empeñaba en soplar casi todos los días durante mucho tiempo bamboleándolos de un lado al otro de los cañaverales. Lo más que deseaban los chiquillos era tener unas nuevas alpargatas, y en la  misa de las diez y cuando entraban en el templo de Dios y se sentaban juntitos, y cuando el saludo, y el salmo de entrada del sacerdote y de los monaguillos,  pidiendo todos juntos el perdón por los pecados, con sus manitas juntas y bien apretadas, los hermanos ruegan al Señor un buen par de alpargatas nuevas. ¡Ah los niños en su mundo, los sueños son solo suyos!, dijo la madre mirando al padre…,




domingo, 25 de enero de 2015

Punto de vista y realidad



Detrás de la muñeca de trapo se halla  una caja de madera con óleos y algunos pinceles y justo al lado un piano enmudecido desde hace mucho tiempo, tanto, que los acordes ya siquiera suenan si por algún casual alguien se sentara e intentara tocar sus teclas. Seguramente  dejó de sonar un día así como así, pero eso ahora no tiene relevancia alguna, no más que el patio y el jardín, que, claramente se advierte de cómo se ha dejado de la mano de Dios y ahora luce algo descuidado y, el patio, falto de algún adoquín que otro…,
Hubo un tiempo en que los lirios y las rosas y las matas de cilantro nunca faltaban en el  huerto, que más bien pareciera un trozo de cielo, pero la vista se acostumbra a casi todo, y desafortunadamente el jardín ha dejado de ser el cielo y el patio falto de adoquines un camino desdentado, sucio. Como sea que la noche invita disfrutar de las estrellas, de su luz brillante, como sea que el silencio provee deleitarlo  sobremanera, porque sobre todo, a ciertas horas de la madrugada se advierte muy mucho la presencia sutil de las hadas, o de entes luminosos que invaden el espacio, con esa majestuosidad respetable de ellos y todo eso apabulla los sentidos y acapara la atención de cualquiera, siempre, hay algún motivo por el cual se ha dejado de pasar el plumero por los sitios y las cosas, ya sea por desidia, ya sea por querer que el tiempo se encargara de roer. En una esquina de la habitación una torre llena de libros apilados e inclinados y en sus tapas las huellas de las manos que sostuvieron historias, poemas, confesiones; mayestática se  ve en la encimera una pieza de porcelana con el contorno perfecto de una dama de época, en cierto modo podría cobrar vida durante esas horas de la noche, de cuando en cuando, igual que la muñeca a la espera de que todos duerman para por fin poder sentarse en el suelo, y tratar de colocar en su sitio el antebrazo resquebrajado y por el cual habría sentido dolor, cuando la niña tiro de el  sin compasión alguna.
Cabría pensar que alguien ocupa  el lugar donde se hallan el piano, la muñeca de trapo, los oleos y pinceles; naturalmente ha de haber  alguien con la certeza de estar viendo todo eso, incluso las hadas, los entes luminosos, alguien que observa atentamente cada rincón, con sus luces y sus sombras. Antes de que amanezca y cada cual vuelva a su sitio, ya sean hadas, entes, o esa muñeca triste, se debe plagiar la obra, se debe fotografiar hasta las partículas mas diminutas que pululan como mariposas alrededor de los recuerdos, y, cuando amanezca no habría sido en balde todo eso, porque, se habría guardado celosamente la prueba de que existe un lugar en las horas de la madrugada donde paralelamente coexisten el mundo real y el mundo ilusorio…,






sábado, 24 de enero de 2015



Creo que cuando la dama oscura se acerca mas de lo habitual a nuestro lado no es por ventura, no sería para nada imprevisible dado el caso; es esa atracción fuerte que ella siente por aspirar hasta el último hálito de las vidas hasta quedar embriagada igual que una mesalina; entonces pues, nada podría hacer que eso no sucediera, porque sería como rechazar las bondades y los placeres y en este caso, nuestro deceso sería totalmente justificado...,

miércoles, 21 de enero de 2015

La víspera



Llevo dos días intentando escribir una carta, pero se me hace difícil, no por el estruendo de los obuses al caer, no por el miedo a morir; no sé como deba redactarla sin que pueda disimular el infierno que estoy viviendo. El vodka me hace entrar en calor, me hace sentir bien, aleja detrás de las montañas el fantasma que derriba las vidas en una sola bocanada, pero es circunstancial y cuando abro los ojos sigue ahí, acechante, esperando para devorar cualquier resquicio de vida. Se que nunca regresaré a casa, estoy muy  lejos y es breve  aquí la vida; pensar en llegar al día siguiente es  difícil,  poder volver a ver el sol y esas picudas montañas nevadas: Un milagro. 
Aún conservo  el libro que llevé de casa junto con unas fotos en una bolsa con ataduras de hilo grueso, llevaba pues todo lo que me hubiera ayudado a sobrevivir los días: Un libro de poemas, girasoles en la huerta y junto a ellos, erguidas, espigas de trigo y miles de sonrisas al atardecer en la casa familiar; los rostros que amo circundan el lecho en el que duermo cada noche, siquiera por un rato llegan igual que un laúd de nieve copando el chamizo y con ella, una luz blanca, tornasolada, pienso entonces si es que ha llegado mi hora y sonrío...,
Todas las cabezas están cubiertas por el   shapka, de lo contrario sería dejarse corroer por el gélido aire que baja desde las montañas. Uno piensa a veces que el demonio devora el corazón mientras se duerme por los miles de cuchillos helados que se clavan en el cuerpo, por muy gruesa que fuere la piel que arropa, por mucho que uno intente no pensar en ello se hienden sin piedad anclando sus dedos puntiagudos, se quedan para siempre mortificando, escudriñando. A veces algún campesino se atreve  a salir por la justa necesidad de adentrarse en el bosque por troncos de madera; llevan el miedo en el cuerpo, siempre atentos, con una agudizada mirada se guardan muy mucho de no dejarse la vida en el camino. Dos aldeas del norte fueron arrasadas hace una semana, es horrendo ver semejante barbarie; el olor a sangre abarca un buen tramo, se mezcla con la bocanada de humo de las fogatas. Creo que aquellos días de certidumbre han pasado. La lucha continúa y se que no cejarán en su empeño hasta que todo haya sucumbido y derruido. Dentro de cuatro horas amanecerá, por el momento hay silencio, pero es la muerte...,


martes, 20 de enero de 2015

Y como contrapunto esos hombres y mujeres que pasean por cualquier parque y a cualquier hora del día, rebosando altanería, con sus rostros llamativos de pura belleza, con sus cuerpos esbeltos y adornados esplendorosamente, no discernirían con los que caminan a la par y en la misma dirección, en pos de ellos, porque cada uno de esos hombres y mujeres tienen la medida justa  de los valores morales intrínsecos, transparentes, tanto, que nada y nadie hubiere pensado cual sería la diferencia; por lo tanto es tan hermosa y abundante la paleta de colores, que toda esa mezcla a veces aturde a los ojos, y emborrona la vista ante tan magnánima belleza…,

jueves, 15 de enero de 2015


Durante mucho tiempo habría mirado a través del postigo y todas las veces hubiere dado alguna escusa. Aquel día en que dijo que no, cuando le ofrecieron una cesta de frutas; en otra ocasión volvió a negar con la cabeza mientras miraba por entre el postigo, nada hizo entonces que cediera, cuando unas manos se acercaron para darle un cercado repleto de hortalizas; quizás hubiere asentido con la cabeza una de las veces en que, aquellas manos se volvieron a acercar para darle en esta ocasión un billete en tren alrededor del mundo, pero tuvo miedo, por lo tanto se habría escudado igual que un animalillo del bosque detrás del postigo rehuyendo la oportunidad de extender las alas y sentir en sus mejillas la vida. No fue pues desprecio, no fue  rechazo hacia aquel visitante desconocido; debió ser ignorancia, desconocimiento, todo ello hizo que enmudeciera, todo ello hizo que quedara detrás de los cristales en una gran cárcel...,
Los sueños se acuestan todas las noches en cada lecho de cada persona; diría yo que pudieran ser ellos los verdaderos amantes, los que acarician cada mechón, los que dibujan una sonrisa en los labios; los que abrazan el cuerpo dormido sin lastimar siquiera un ápice de la piel; por lo tanto cuando todo se esfume igual que ese humo de esa chimenea, el amante quedará siempre fiel, justo al lado...,

Ballade pour Sophie

Ballade pour Sophie

Se habían despedido el mismo día en que se encontraron, solo que, ninguno de ellos lo sabría hasta pasado unos años, en que, l...