Debe haber un modo de alcanzar un oasis dentro de nuestra propia casa y ser feliz en él, como si se tratara de un piélago inmenso en medio de nuestra salita...,más no habría tristeza alguna.
martes, 30 de septiembre de 2014
domingo, 28 de septiembre de 2014
De cuando el alma se consume
Debió
pensar que era una inmensa bola de fuego la que había acabado con todas sus
esperanzas e ilusiones. Eso era lo que habría pensado, porque no hubo de poner
resistencia alguna, cuando en algún momento en su pensamiento surgiría la idea
de retroceder, de huir a cualquier parte, todo con tal de no sucumbir, de
quedarse ahí junto al acantilado. Seguramente habrían quedado volutas de humo
por todos los rincones de la casa, incluso los geranios llevaban una capa gris
en cada una de sus cabezas, si; los
sollozos de ella por mucho que éstos hubieran provocado un río de lágrimas, no
limpiarían el parterre ahora fenecido…,
La
crueldad del fuego acaparó todo; los lienzos en la pared desaparecieron y con
ellos, toda la historia de aquellos tiempos atrás. De modo que el piano de cola
desapareció bajo las cenizas y los rescoldos que hubieren quedado pareciesen
gritos desgarradores de una cruenta batalla. Ella debió sentir ese torrente de
ardiente lava, debió pensar que la atrocidad de esa bola de fuego había
sepultado la casa de Sináu. De modo que ese pensamiento sólo era real en su
cabeza, pero no opuso resistencia alguna. Mientras, la casa cubierta de
culandrillo en la fachada y llena de hermosos geranios, era aún más bella si
cabe.
Secretos
Nunca se termina de abrir del todo ese visillo que cubre nuestro corazón, debe quedar algo que sólo cada uno de nosotros sabemos...
viernes, 26 de septiembre de 2014
Gratitud
De modo que lo que parecía una multitud a su alrededor, era el resplandor de aquella sonrisa que se había dibujado en sus labios....,
martes, 23 de septiembre de 2014
El vestido
Las hueveras de alpaca relucían en la mesa y el café humeaba igual que
una chimenea, pero eso no era lo que en realidad llamaba la atención a Prudens,
no, ciertamente no eran esas relucientes hueveras sobre la mesa con mantel
bordado…, El vestido de rosas rojas y mangas bombachas estaba listo; ella lo
habría recogido a primera hora del día, realmente eso era lo que la hacía
feliz, lo que la exaltaba, de modo que allí estaba pendiendo de una percha en su
habitación. Cada cual lo habría visto y alguien habría dicho que era un vestido superfluo,
anodino. El dolor que sintió Prudens cuando oyó eso fue el mismo dolor aquel que Helena le produjo, cuando le perforó
el lóbulo de las orejas, si, realmente fue ese pinchazo el que la habría hecho
derramar lágrimas en silencio…,
Hubiera
preferido recibir mil azotes; hubiera preferido asistir a las tediosas clases
de costura los miércoles y los viernes, pero no fue así; realmente el suelo se
hundió bajos sus pies mientras retumbaba en las paredes de la sala el desprecio
absoluto y la negación de lo que para ella era evidente; por lo tanto la tarde
habría caído y la noche habría llegado y Prudens habría derramado otra vez
aquellas lágrimas en silencio
lunes, 22 de septiembre de 2014
Valioso y vital
Se puede tener en el ropero tres o cuatro vestidos que ronden cada uno de ellos unos doce mil euros, e incluso llegar a amarlos; pero por mucho que brillen ante los ojos de una y de los demás, nada tendrá más valor que una repisa con visillo en una de aquellas casitas de la avenida, y detrás de ella el chocolate vienés celosamente guardado para las meriendas...,
viernes, 19 de septiembre de 2014
El viaje
Seguramente no se habría fijado en la
cantidad de personas que caminaban a un lado y al otro; de personas aguandardo
en la cola para embarcar; de los kioscos atestados de revistas, cigarros, y
toda clase de abalorios...,
Y es que desembarcar habría sido algo
extraordinario. Debió salir con una euforia atípica, una exaltación que sólo él
habría sentido. Magníficamente vestido a lo Livingstone: Botas, pantalón bombacho, y una gorra de
ancha visera, sin duda alguna así habría salido por la puerta de desembarque.
Cada cual con sus maletas, sus bolsas; cada cual en ésta cola o en ésta otra.
Unos hacia América, otros a Europa....,
Había que verlo traspasar el largo
pasillo; altivo, con algo de coquetería femenina. Una sonrisa expectante de
brotar como una carcajada, si, eso pude ver en su rostro; con la mochila a cuestas,
serpenteando, esgrimiendo el paraguas igual que una espada; estirando el cuello
orgulloso se alejaba entre la muchedumbre; evidentemente, nada habría de
escuchar, nada habría de ver; ya podía estar atestada igual que un mercado de
abastos la terminal. Ya
podrían retumbar las miles de voces dentro, a Livingstone le superaba la
sensación de libertad que se había traído de aquellas tierras.
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Ballade pour Sophie
Ballade pour Sophie
Se habían despedido el mismo día en que se encontraron, solo que, ninguno de ellos lo sabría hasta pasado unos años, en que, l...